martes, 27 de junio de 2017
miércoles, 21 de junio de 2017
Inocencia
No podrás encontrar algo
más profundo y sincero que mirar a los ojos a un niño. Los ojos de un niño son
un abismo, su pureza no tienen final. Desafortunadamente socialmente se va a
destruir, pronto sus ojos serán sólo superficiales debido a las capas y capas
de condicionamiento, esa profundidad, esa inmensa profundidad de pureza habrá
desaparecido mucho antes. Y esa era su cara original.
El niño es conciente
El niño no tiene
pensamientos. ¿Sobre qué va a pensar? Para pensar hay que tener un pasado, para
pensar hay que tener problemas. Él no tiene pasado, sólo tiene futuro. Todavía
no tiene problemas, carece de problemas. No tiene posibilidad de
pensar. ¿En qué puede pensar? El niño es consciente
pero sin pensamientos. Esa es la cara original
del niño.
El rostro original del niño
El rostro original del
niño es tan valioso que cualquier problema vale la pena. Es tan valioso que,
pagues lo que pagues, sigue siendo barato; no te está costando nada. Y qué
alegría el día que te encuentras a tu hijo con su rostro original intacto, con
la misma belleza que trajo al mundo, la misma inocencia, la misma claridad, la
misma alegría, jovialidad, la misma vitalidad... ¿Qué más puedes pedir?
Tú no le puedes dar nada
al niño, sólo puedes tomar. Sí realmente quieres hacerle un regalo al niño,
éste es el único posible: no interfieras, arriésgate y deja que el niño se
adentre en lo desconocido, en lo inexplorado, en su vida. Es difícil un gran temor
paraliza a los padres: ¿quién sabe lo qué le puede pasar al niño?
Por este temor
empiezan a moldear un cierto patrón de vida en el niño. Por este temor
comienzan a dirigirle hacia un camino determinado, hacia un objetivo particular,
pero no saben que por ese temor están destruyendo al niño, no será
feliz, no te lo agradecerá; siempre cargará resentimientos.
Los niños merecen respeto
Los niños se merecen todo el respeto que puedas dar porque son tan nuevos, tan inocentes, tan cerca de la divinidad. Es hora de respetarles, no de obligarles a rendir respeto si lo sienten lo sabrán dar.
Respetar a los niños es valioso porque ellos están más cercanos a la fuente de vida; los adultos nos hemos alejado de nuestra fuente. Ellos todavía son originales, nosotros somos una copia. ¿Si entiendes qué es lo que puede suceder si eres respetuoso con los niños? entonces a través del amor y del respeto puedes ahorrarles que vayan en la dirección equivocada, no por miedo sino por respeto y amor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)