Para los 3 añitos la noción de número ya se ha
iniciado en el niño de manera formal aun y cuando tú no la hayas estimulado. El
niño para esta edad ya ha escuchado el número, lo ha contado, se ha percatado de
cantidades y hasta ha dibujado números y si le acercas más experiencias para
enriquecer este aprendizaje pues será excelente. De entrada cuida no caer en el
conteo tradicional para no confundir al niño
o la niña mejor date a la tarea de
propiciar experiencias de todo tipo para contar como; -dame 3 tortillas- permite
que el niño elija, cuente y te las dé y no lo corrijas si se equivocó, mejor cuenta
frente a él o ella
para llevarlo a reflexionar así de simple. O bien dile al pequeño: -toma 2
galletas- -dame 5 besos- -mira 3 burbujas- -tráeme
3 florecitas del jardín, ahora contemos sus pétalos. Toda oportunidad que acerques
al niño para que reflexione, cuente y experimente lo dotara de reflexión y comprensión
requisitos básicos del concepto de numérico.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
La noción del número de los 4 años en adelante
La edad crucial para enseñar el concepto
de número a tu hijo es a partir de los cuatro años. Abordar dicho concepto te requerirá una
tremenda disposición para no enseñarle desde tu cerebro, se trata de enseñarle desde
su pensamiento atendiendo la reflexión y la comprensión pues será la base
fundamental para sus futuras matemáticas. Si ahora le enseñas al niño de forma verbalizada,
le enseñas la comodidad de repetir lo que tú le dices, pero no le estas
enseñando a reflexionar, que es el objetivo del aprendizaje numérico. El cómo
hacerlo es tan simple que basta con el conteo dosificado, variado y en diversas
presentaciones. Es como llevarlo a ver el total del bosque, mirar la infinidad
de árboles e ir acotando la cantidad hasta llegar a la semilla o viceversa,
inicias por una semilla y después le muestras el bosque. Estoy sugiriendo el
conteo basado en experiencias concretas que hagan referencia a mucho, poco o
nada o bien el conteo simple como; -dame 2 cucharas- -quiero 3 abrazos- -imagínenos
5 ideas para compartir- compremos 3 helados- ¿Cuantos árboles ves en el
parque? ¿Cuántos niños están jugando? ¿Cuantas
donas te comiste? todo aquello que lleve al niño a vivenciar, reflexionar y
analizar el número en distintas situaciones será excelente pues estarás
asegurando en tu hijo 3 actos fundamentales para su vida escolar; reflexionar, pensar y contar
miércoles, 21 de septiembre de 2016
Inteligencia Emocional
La inteligencia es la capacidad de actuar propositivamente, de pensar racionalmente y de ocuparse con eficacia en su ambiente. Whechsler.
Como padres surge el contaste interés por estimular la inteligencia en nuestros hijos, situación que merece un real reconocimiento pues como adultos nos encontramos sumergidos en la búsqueda de cómo ser más inteligentes o incrementar nuestra inteligencia pero permíteme decirte que sin importar la edad la inteligencia la poseemos desde el instante de nacer, como lo he planteado en varias ocasiones, hace falta encontrar el camino para descubrirla, expandirla e incluso descontaminarla. Es la contaminación, sea del tipo que sea, la barrera para expandir nuestra inteligencia y ser conscientes de nuestras emociones, de ahí el porque deseo hablar de las emociones aquellas que obstruyen la inteligencia bloquean e incluso la paraliza.
El termino inteligencia emocional fue utilizado por primera vez en 1990 por Peter Salovey quien la define como la capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás, sentimientos que son la guía del pensamiento y de la acción. La inteligencia emocional se concreta en un amplio número de habilidades y rasgos de personalidad como la empatía, expresión y comprensión de los sentimientos. Control de nuestro genio, independencia, capacidad de adaptación, simpatía, capacidad de resolver los problemas de forma interpersonal, habilidades sociales, persistencia, cordialidad, amabilidad, respeto. Como podrás observar son múltiples las capacidades que regula la inteligencia emocional y si nos diéramos a la tarea de tratar una a una pues uno simplemente terminaría perdiéndose en el camino por ello he hecho una acotación en tres aspectos para poner en acción, desarrollar la habilidad y domina la inteligencia emocional.
Capacidad de percibir tus propias emociones
Si eres capaz de conocer y manejar tus propias emociones, eres capaz de llevar una vida gozosa, satisfactoria, plena y transmitirla al nido hogareño. Si no te “sientes” será imposible enseñarle a tu hijo o hija a sentirse. Y para cuando se trate de tomar decisiones, tus decisiones no serán lucidas, efectivas, inteligentes como esperas, reaccionaras visceralmente, instintivamente, entraras por caminos de tremenda insatisfacción emocional. Conocer y manejar tus propias emociones te demandara un tremendo compromiso, compromiso nada fácil por el contrario al nacer el deseo de ser inteligente emocionalmente parece que todo confabula contra ti porque surge todo tipo de complicaciones, pierdes los estribos constantemente lo cual te lleva a claudicar pero permíteme decirte que justo estas en el inicio del sentir tus emociones, de reconocerlas por ello el volverte sensible ante tanto caos. Al primer intento de sentir tus emociones te aventura a reconocerlas, sentirlas, vivirlas. Las acciones para aprender a notar tus emociones son muy sencillas en primer lugar es prestar atención a las sensaciones físicas que provocan tus emociones justo cuando están desajustadas. Las emociones son el punto de intersección entre mente y cuerpo por ello se experimentan físicamente. El segundo paso es aprender a identificar y distinguir unas de otras emociones. Cuando notamos que sentimos algo y además lo identificamos lo podemos expresar, ahí está la clave para actuar en ellas.
Capacidad de manejar tus propias emociones
Una vez que aprendemos a detectar nuestros sentimientos podemos aprender a manejarlos y hasta controlarlos. Hay gente que percibe sus sentimientos con gran intensidad y claridad, pero no son capaces de controlarlos los dominan y arrastran. Todos en algún momento nos hemos dejado llevar por la ira, la tristeza o la alegría. Pero no todos nos dejamos arrastrar por nuestras emociones con la misma frecuencia. Controlar nuestros sentimientos implica familiarizarnos con ellos y una vez que los hemos detectado e identificado ser capaces de reflexionar sobre los mismos. Reflexionar sobre lo que estamos sintiendo no es igual a emitir juicios de valor sobre si nuestros sentimientos son buenos o malos, deseables o no deseables. Reflexionar sobre nuestras emociones requiere dar tres pasos; determinar la causa, determinar las alternativas y último…actuar.
La capacidad de motivarte a ti misma
La tercera capacidad de la inteligencia emocional es la capacidad de auto - motivarse. La auto - motivación es lo que nos permite hacer un esfuerzo, físico o mental, no porque nos obligue alguien, sino porque queremos hacerlo. Nos motivamos a nosotros mismos cuando sabemos lo que queremos conseguir y como conseguirlo. Por tanto para desarrollar la capacidad de motivarnos a nosotros mismos primero tenemos que aprender a fijar los objetivos que queremos conseguir. Muchas veces no sabemos bien lo que queremos o sabemos muy bien lo que no queremos. Aprender a plantear objetivos y saber qué es lo que de verdad queremos es, por tanto, el primer paso. Un objetivo no es lo mismo que un deseo. Los objetivos son los resultados que queremos conseguir como consecuencia de nuestra actividad. Para poder conseguir nuestros objetivos estos tienen que estar bien definidos. Aprender a establecer objetivos no basta, esos objetivos tienen que ser viables y nosotros necesitamos saber qué pasos tenemos que dar para poder alcanzarlo. Saber los pasos a dar incluye conocer nuestros puntos fuertes y débiles, saber cuando necesitamos ayuda y cuando no, en suma formar un modelo mental verídico de uno mismo.
miércoles, 14 de septiembre de 2016
Cuando el niño no quiere comer...
Cerrar
la boca y girar la cabeza es una negación del niño frente a la comida. Y ante
esta actitud mamá o papá no desisten en darle de comer al niño por el contrario
emplean todo tipo de argumentos para convencerlo de abrir la boca para comer.
La prioridad es que el niño coma para que crezca fuerte y sano así que ambos se
encuentran en una disyuntiva. Independientemente de darte algunas
recomendaciones para que el niño coma, mejor te daré algunas recomendaciones
para que cuides tu actitud al dar de comer a un niño sobre todo entre 1 y 3
años porque es la edad cuando se familiariza al niño con la variedad de alimentos
y es una etapa donde surgen infinidad de actitudes poco saludables para la
familia como el obligar a comer a los niños. A continuación describiré algunas
de las actitudes que llegan a obstaculizar la alimentación del niño;
Jamás
tomes ventaja frente al estómago de un niño. Es decir cuando le des de comer no
lo tomes desprevenido entreteniéndolo con algún juguete o promesa para que abra
la boca para comer. Desde mi punto de vista esta actitud arruina en el niño el
placer de comer, no desarrolla su sentido del gusto, no descubre el sabor, color
o forma de lo que come, a que sabe, mucho menos desarrolla habilidades como el
tomar la cuchara, llevarse el vaso a la boca controlar manos y atender sus
movimientos pues estas empeñada en lograr que coma el niño.
Si
el niño cierra la boca y gira la cabeza no conviertas la situación en un campo
de batalla, mejor conviértelo en un campo apertura y alimentación. No me cabe
duda que estas preocupada por la alimentación de tu hija o hijo pero
permíteme decirte que es más valioso convertir la situación en un instante de
conciliación que de lucha. Si al primer intento de negación del niño para comer
giras la conciencia hacia ti para no sentirte frustrada, ofendida o desaprobada
por el niño, justo esos instantes de detenerte a mirarte, a sentir que sucede
contigo, no con el niño, justo esta reflexión te abrirá nuevas alternativas de
alimentación para ofrecerle al niño y por supuesto que deberán ser sinceras,
abiertas y exentas de todo intento de convencimiento para que coma el niño pues
recuerda que estas girando y hacia tu corazón para alimentar a tu hijo.
La
inapetencia es un problema de equilibrio entre lo que el niño come y lo que
mamá espera que coma. Todo el tiempo lo has sabido pero tus sentidos de madre
te dictan que tu hijo debe comer lo que mandas o consideras que es lo adecuado
así que como vas a desistir frente a una pequeña mente que te manifiesta
inapetencia. Y aun bajo esta aseveración que he hecho no llegas a ver el
desequilibrio lo podrás leer una y otra vez y al final terminaras preguntando ¿pero no come? En el momento que cedas a
buscar lo que origina en tu hogar el desequilibrio que genera la inapetencia al
dar de comer a un niño sabrás como contribuir con él o ella para que coman.
El equilibrio solo pone en la balanza dos estómagos; el tuyo y el del niño. Si
tu estomago pretende ganar a la hora de los alimentos pues ya perdió el
niño. El niño sabe perfectamente lo que quiere o desea comer así que no tienes por
qué obligarlo.
Toda
alimentación para un niño o una niña es un abanico de aventuras. Aventuras
impredecibles para el niño y conocidas por mamá o papá pues ellos saben a qué sabe esa aventura, el niño en especial a temprana
edad, solo ha tenido contacto con la leche, la leche como único alimento ahora
tiene frente a sus sentidos múltiples sabores, olores, colores, formas,
texturas una aventura impredecible. Así que no mires la hora de alimentar al
niño como un deber, una protección o un futuro saludable y sano de eso se
encargara el estómago del niño, mejor mira el alimentar a tu hijo como una nueva
aventura para ti al encontrar nuevas betas de conciencia, variedades y
alternativas de alimentación. Nuevos estilos, conductas y
actitudes al dar de comer al niño y sobre todo asegurarte que los alimentos que
das a tu hijo realmente son sanos. Si te aventuras de esta manera te pronostico
que realmente estarás propiciando una
alimentación saludable a tu hijo o hija.
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