miércoles, 26 de agosto de 2015

Socializando con el bebe

Cuando él bebe contacta a temprana edad con otras personas lo familiarizas con nuevos rostros, cuerpos o voces. Y hacerlo a partir de que cumple cuatro meses es  aclimatarlo a la condición humana. Cuando se propicia este tipo de contactos a medida que tu bebe crece no reciente el imbuirse entre las multitudes, ni llora cuando se le acerca un rostro extraño. Y puedes favorecer este tipo de contactos mediante visitas a tus amigos, llevarlo a conocer a la familia, hacer reuniones familiares e incluso salir a dar breves paseos. La alternativa que elijas deberá estar supeditada a un tiempo y lugar no quieras sustituirlo por largas visitas e interminables charlas pues solo cansaras al bebe. De una manera sencilla inicias la socialización en tu bebe preparándolo para un entorno escolar.

Edad para cultivar el autoestima...

Entre el año y dos años de edad se inicia a cultivar la autoestima en tu bebe. Y cultivarla requiere de un gran compromiso. Hablo de no caer en conductas extremistas, como proveerle de todo al niño,  de hacerlo abrirás el camino de los caprichos. Y para cuando el niño contacte con otros niños o vaya  a la escuela su comportamiento será; querer ser el primero en todo, atropellar a otros, arrebatar las pertenencias de otros, no tolerar al resto de los niños. Por una sola conducta extremista fomentada en el niño se cultiva una autoestima desbordada trayendo para el niño más complicaciones. Y para resolverlo solo se precisa entrar en un “Darse Cuenta” de que tanto se es permisivo con los niños para suprimir conductas extremistas. Un darte cuenta te permite detectar si estas siendo extremista, devaluante o simplemente no caes en ningún extremo, te  mantienes centrado en el respeto hacia el niño. Cultivar la autoestima es la capacidad de comprometerte para no caer en los extremos, pero también es ser capaz de no caer en manipulaciones infantiles. Basta imbuirse en la vida diaria y mirar cómo actúas con tu hijo por lo menos una vez por semana. Obsérvate un día completo, y date cuenta de como eres con el niño o la niña, descubrirás tus fortalezas y debilidades para cultivar la autoestima no solo de ellos, también la tuya.

Surgimiento del autoestima

A los tres años la autoestima empieza a brotar y cuando el niño o la niña han vivido entre el amor y el respeto a temprana edad su autoestima esta lista para florecer. Llego el momento de fortalecer esas primeras semillitas de valía y la forma ideal para continuar es revisando las siguientes consignas: 
  • Respetas sus deseos, pero no caes en sus caprichos. 
  • Eres capaz de discernir entre una necesidad y una manipulación. 
  • Le das seguridad cuando más lo necesita, sin recurrir a la violencia. 
  • No permites que el miedo la alcance, por el contrario le muestras como se siente la confianza. 
  • Vigilas su desarrollo, pero no la atropellas para que aprenda. 
  • Le das independencia, pero no libertinaje. 

Si consideras que estas consignas ya son parte de tu actuar con tus hijos; felicidades, su valía esta garantizada. Pero si no es así… inicia por realizar de manera gradual una a una de las consignas que te he dado hasta cristalizarlas. Te aseguro que entre más lo hagas se convertiran en un hábito, entonces tendrás garantizada la autoestima porque en casa reina el respeto.

Autoestima desbordada o devaluante

Después de los 4 años la autoestima se va consolidando pero al mismo tiempo corre un grave riesgo; desbordarse o devaluarse. Estoy segura que el punto clave para cimentar la autoestima en niños y niñas es a partir de esta edad. Cuando miras a un niño de 8 años titubeante en la escuela, inhibido o tímido refleja la carencia de autoestima y la única manera de contribuir con él o ella no es pidiendondole que sea abierto, que participe o incluso preguntarle qué le pasa. Más bien es revisar como está siendo tratado en casa. En la medida que descubras que tanto estas controlándolo, devaluándolo o violentandololo ahí tendrás la respuesta del porque el niño manifiesta baja autoestima. Como también te sugiero vigilar la autoestima desbordada pues si caes en los excesos como el proveer de todo al niño lo vuelves irreverente con adultos, niños o la sociedad en general y la única forma de ayudarle al niño es redireccionando su conducta hacia una autoestima equilibrada. Cuando un padre o una madre comulgan con la valía, salen ganando todos, pues el hogar está impregnado de autoestima.

jueves, 20 de agosto de 2015

miércoles, 19 de agosto de 2015

Comportamientos de casa a la escuela

Muchos comportamientos se llegan a presentar de la casa a la escuela en niñas y niños. Comportamientos que muchas veces no se detectan a tiempo en el hogar y que llegan a desestabilizarlos al ingresa a la escuela.  O tal vez ya los conozcas pero no sabes cómo lidiar con ellos. Para muchos padres el hecho de enviar al niño a la escuela es para aprender, para adquirir conocimientos. No he escuchado decir a una madre o a un padre que envía a su hijo a la escuela para aprender las virtudes de la vida o para conocer la vasta profundidad de los sentimientos y es normal pues nuestro mundo creo entornos escolares para adquirir  el conocimiento como prioridad y aunque no deja de lado el aspecto afectivo no se adentra en el pues da por hecho que es responsabilidad de la familia y coincido con ello. Somos la familia quien cultiva las virtudes y los valores en nuestros hijos. Toda virtud que es cultivada en el niño se transparenta bajo una gama de comportamientos nutridores, pero también se presentan aquellos comportamientos negativos que han sido favorecidos desde casa veamos algunos de ellos...

"Mimame... pero enséñame a valerme por mi misma"
Quien no desearía ser mimado hoy en día, que todo se te haga o se te cumpla ante una sola orden. Quizá diste de la realidad o es una realidad para muchos, pero aun cuando así sea siempre existirá algún evento que tendrás que hacer por ti mismo. Pero quien no lo desea o sueña es el niño mimado. El niño mimado vive en el confort, sabe que todo se le cumple con el solo hecho de pedirlo. Son niños que por lo general son hijos  únicos y sus padres se han encargado de proveerles de todo e incluso los protegen de los pequeños problemas que debe encarar todo niño. Los mantienen separados del resto del vecindario pues para ellos su protección es primordial. Pero no se han percatado que están llevando al niño a generar comportamientos de dependencia extrema. El niño vive complacido por recibir todo tipo de comodidades en el hogar. Puede ser el hijo menor o el favorito o aquel que los padres quieren más o sobreprotegen por alguna enfermedad o incapacidad física. Desafortunadamente los niños mimados cuando ingresan a la escuela se encuentran confundidos entre una multitud. Pues durante sus seis años anteriores no se les enseño a confraternizar con otros niños, a usar sus propias fuerzas para superar barreras, a cooperar activamente en las tareas de casa, a valerse por sí mismos. Están acostumbrados a que todo se les haga y ahora tendrá afrontar una situación en la que no gozan de la atención del adulto por lo que  evitaran ir a la escuela o tímidamente se encerraran en sí mismos.

"No permitas que mis lagrimas te controlen"
Los niños aprenden con mucha rapidez a conseguir lo que desean mediante las lágrimas y su mayor descubrimiento es saber que sus padres han perdido la batalla debido a sus lágrimas. Las lágrimas de un niño pueden llegar a conmover o desesperar a los padres y con tal de que el niño no siga en ese estado se le cumplen sus deseos, o se les exenta de sus deberes sin percatarse que en lugar de ayudarle lo dañan.  No perciben que un niño, que llora por todo está logrando obtener privilegios de su comportamiento. Al entrar a la escuela este tipo de niños aprenden muy rápido que las lágrimas no le servirán para obtener privilegios pues para el adulto es muy fácil detectar cuando es un llanto natural y cuando es un llanto actuado. Situación que deja al niño consternado creándole una desadaptación escolar por lo que recurrirá  a mamá o papá para ser rescatado de la escuela empleando lágrimas de verdadero dolor, pero desconoce que ha perdido la credibilidad sus lagrimas. La realidad es que ahora deberá adaptarse a la escuela aun y cuando llore inconsolablemente.

"No me dejes al libre albedrío, mejor muéstrame el arte de respetar a otros"
Quizá la indisciplina sea uno de los comportamientos con los que más batallan los padres, pero en especial la escuela. Pues muchos niños crecen en hogares indisciplinados donde no se les exige que obedezcan ni las reglas más elementales. En consecuencia los niños actúan según su libre albedrío. Cuando estos niños ingresan a la escuela llevan consigo graves problemas tanto para el maestro como para el resto de los niños. Al formar parte de un grupo la escuela no le puede permitir al niño que permanezca indisciplinado ya que la influencia que ejerza sobre los demás desestabilizara a todo el grupo o bien se correrá el riesgo de que algún niño sea agredido. Un niño indisciplinado dentro de la escuela es como un huracán arrasando todo sin hallar donde aterrizar  y lo grave de este tipo de niños es que no encuentran donde reposar sus emociones. Muchos menos son aceptados dentro de la escuela quedándose solitarios y llenos de energía negativa en su interior. Situación que es altamente grave para la escuela por lo que exige a los padres disciplinar al niño. Pero desafortunadamente en casa se ha perdido el poder para controlar al niño porque desde bebe se le permitió hacer berrinches, tirarse al suelo, manipular a los adultos e incluso pegar o arañar y para cuando el niño tiene seis años o mas se triplica su libre albedrío y no hay poder que lo controle a mayor edad. En estos casos lo único que funciona es  la valentía de los padres para impregnarse de sabiduría y responsabilidad para redireccionar el comportamiento de su hijo indisciplinado de esta manera salva al niño de rechazos sociales.

"No mecanices mis conductas, mejor muéstrame como vivir en comunión con la disciplina"
Un niño que es disciplinado en exceso se le niega  un comportamiento natural y fluido para expresarse, actuar confiado y seguro o ser sociable en su actividad diaria.  La rigidez al disciplinar al niño automatiza sus comportamientos cual robot entrenado para obedecer, decir si a todo y moverse al ritmo que le marca el adulto. Y cuando estos pequeños ingresan  a la escuela no saben como adaptarse a las escenas que les rodeara. Pues la escuela hoy en día está organizada para que los niños sean creativos, expresen sus ideas, inclinaciones, sean sociables y cooperativos. Comportamientos que desestabilizan al niño, pues por un lado debe obedecer al adulto de casa y por otro lado la escuela le brinda todo tipo de facilidades para Ser él.  Situación que crea temores en el niño inhibiendo su participación dentro de la escuela no solo por la libertad que le ofrecen, sino por las consecuencias de sus acciones, pues piensa que está mal. Duplicidad de comportamientos que provocan en el niño un deprimente complejo de inferioridad impidiéndole participar libre y creativamente. No puede entender la espontaneidad y soltura de su alrededor.


miércoles, 12 de agosto de 2015

Primer día de clases

Aun ahora que recuerdo mi primer día de clases tan nítido como hace más de cinco décadas te aseguro que la experiencia fue inolvidable. Aunque se lea antiguo afirmo que lo único que permanece inalterable y vigente son las emociones. Las emociones que niños y niñas viven cuando de ingresar a la escuela o retornar a ella se trata pues es un hecho que cimbran nuestros corazones por muy buenas o malas que hayan sido. Las emociones que se viven cuando llega el momento de ingresar a la escuela son tan personales como impredecibles e indescriptibles así que intentare ejemplificarlo. Cuando dices a tu hija que se ponga feliz porque va a ir a la escuela, quizá para ella lo que le pides no es felicidad, pero aun así obedientemente pone su carita sonriente, pero tú y yo sabemos que no es felicidad. Tal vez para ella es consternación pues le planteas un escenario que aún no conoce y si lo conoce de inmediato lo relaciona con los amigos, el recreo o los premios que da la escuela, así que te aseguro que;  lo que es felicidad para ti, para un niño no, cuando de ir a la escuela se trata. Solo quien lo vive sabe a corazón abierto como se siente el primer día de clases y seguramente también te sucedió a ti. Pero no se trata de ignorar las emociones, se trata de abordarlas con toda la sabiduría, en especial al abordar al niño para decirle que llego el momento de ir a la escuela. Se trata de hacerlo con la mayor naturalidad posible, con toda naturalidad. 
Si contaminas un nuevo hecho con especulaciones como; vas a tener muchos amiguitos, te van a querer mucho en la escuela, todos te van a cuidar la niña descubrirá que le mentiste porque cuando llego a la escuela nadie la cuido, se cayó y no estuvo ahí un adulto para acariciarla o calmarla como lo hace mamá o papá y lo que más la desestabilizo fue sentirse desolada entre una inmensidad de adultos y niños sintiéndose mas bien perdida que querida como le dijo mama que sucedería. Es mejor no anticipar hechos a los niños y hablarles con toda naturalidad y esperar a que él o ella te platiquen; ¿que sintieron? ¿fueron aceptados? ¿tuvieron algún accidente? Es divino cuando mamá o papá te dejan sentir  y te escuchan, en especial cuando les dices lo que estuvo bien o mal en la escuela. Así se forjan los niños que saben  hablar de sus propias emociones sean buenas o malas.
Otra forma de contribuir con el niño o la niña ahora que regresan a clases es tener una  visión general de su desarrollo. Es decir; tener en el bolsillo del corazón un diagnostico psicopedagógico de tu hijo o hija, aunque no formalizado pero si bien identificado. Hablo de una visión general de las capacidades del niño o la niña sean emocionales, cognitivas o motoras  para no esperar a que te llamen de la escuela porque el niño no se quiere quedar o se retrasa al trabajar en el salón de clases.  Quizá te digan que la niña es distraída o que no sabe recortar. Variados problemas se te pueden presentar en este regreso a clases y para contribuir contigo te detallare algunos factores para ser revisados en tu hija o hijo e incluso si ya asiste a la escuela y sabes cuál es el problema solo requieres querer contribuir con él o ella y veras como todo se soluciona.

Si el niño o la niña:


Se relaciona fácilmente y no llora al quedarse con algún familiar, amigo o vecino…significa que sabe adaptarse a otros entornos y le será fácil integrarse a la escuela.

Es obediente y atiende a mamá o papá cuando le piden que colabore en casa… significa que sabrá atender las instrucciones que le den en la escuela.

Sabe mantener en orden  sus pertenencias…significa que  posee el sentido del orden y sabrá respetar los recursos materiales de la escuela. 

Sabe lavarse las manos, comer por si solo y cepillarse los dientes, ir al baño…significa que posee independencia y hábitos.
Sabe recortar, pegar, conoce los colores, los números, las figuras geométricas. Sabe leer y escribir pues mamá o papá le enseñan…significa que no le costara aprender en la escuela.


Sabe comportarse cuando salen de paseo en familia o van  de visita con algún amigo, no pega, muerde o araña…significa que sabe respetar y convivir con otros niños y está garantizada su convivencia escolar.
Se comunica fluida y claramente….significa que su lenguaje se encuentra bien estructurado y no le costara entablar una comunicación entre adultos o niños de la escuela.