Muchos comportamientos se llegan a presentar de la casa a la escuela en niñas y niños. Comportamientos que muchas veces no se detectan a tiempo en el hogar y
que llegan a desestabilizarlos al ingresa a la escuela. O tal vez ya los
conozcas pero no sabes cómo lidiar con ellos. Para muchos padres el hecho de
enviar al niño a la escuela es para aprender, para adquirir conocimientos. No
he escuchado decir a una madre o a un padre que envía a su hijo a la escuela
para aprender las virtudes de la vida o para conocer la vasta profundidad de
los sentimientos y es normal pues nuestro mundo creo entornos escolares para
adquirir el conocimiento como prioridad
y aunque no deja de lado el aspecto afectivo no se adentra en el pues da por
hecho que es responsabilidad de la familia y coincido con ello. Somos la
familia quien cultiva las virtudes y los valores en nuestros hijos. Toda virtud
que es cultivada en el niño se transparenta bajo una gama de comportamientos
nutridores, pero también se presentan aquellos comportamientos negativos que han
sido favorecidos desde casa veamos algunos de ellos...
"Mimame... pero enséñame a valerme por mi misma" |
Quien no desearía ser mimado hoy en día, que todo se te haga o se te cumpla
ante una sola orden. Quizá diste de la realidad o es una realidad para muchos, pero aun cuando así sea siempre existirá algún evento que tendrás que hacer por ti mismo. Pero
quien no lo desea o sueña es el niño mimado. El niño mimado vive en el confort, sabe que todo se le cumple con el solo hecho de pedirlo. Son niños que por lo general son hijos únicos y sus padres se han encargado de proveerles de todo e incluso los protegen de los pequeños problemas que debe encarar todo niño. Los mantienen separados del resto del vecindario pues para ellos su protección
es primordial. Pero no se han percatado que están llevando al niño a generar comportamientos de dependencia extrema. El niño vive complacido por recibir todo tipo de comodidades en el hogar. Puede ser el hijo menor o el favorito o aquel que los padres
quieren más o sobreprotegen por alguna enfermedad o incapacidad física. Desafortunadamente los niños mimados cuando ingresan a la escuela
se encuentran confundidos entre una multitud.
Pues durante sus seis años anteriores no se les enseño a confraternizar con
otros niños, a usar sus propias fuerzas para superar barreras, a cooperar
activamente en las tareas de casa, a valerse por sí mismos. Están acostumbrados a
que todo se les haga y ahora tendrá afrontar una situación en la que no gozan de
la atención del adulto por lo que evitaran ir a la escuela o tímidamente
se encerraran en sí mismos.
"No permitas que mis lagrimas te controlen" |
Los niños aprenden con mucha rapidez a conseguir lo que desean mediante las
lágrimas y su mayor descubrimiento es saber que sus padres han perdido la
batalla debido a sus lágrimas. Las lágrimas de un niño pueden llegar a conmover
o desesperar a los padres y con tal de que el niño no siga en ese estado se le
cumplen sus deseos, o se les exenta de sus deberes sin percatarse que en lugar
de ayudarle lo dañan. No perciben que un
niño, que llora por todo está logrando obtener privilegios de su comportamiento. Al entrar a la escuela este tipo de niños aprenden muy rápido
que las lágrimas no le servirán para obtener privilegios pues para el adulto es muy fácil detectar cuando es un llanto natural y cuando es un llanto actuado. Situación que deja al niño consternado creándole una desadaptación
escolar por lo que recurrirá a mamá o papá para
ser rescatado de la escuela empleando lágrimas de verdadero dolor, pero desconoce que ha perdido la credibilidad sus lagrimas. La realidad es que ahora deberá adaptarse a la escuela aun y cuando llore
inconsolablemente.
"No me dejes al libre albedrío, mejor muéstrame el arte de respetar a otros"
|
Quizá la indisciplina sea uno de los comportamientos con los que más batallan los
padres, pero en especial la escuela. Pues muchos niños crecen en hogares
indisciplinados donde no se les exige que obedezcan ni las reglas más
elementales. En consecuencia los niños actúan según su libre albedrío. Cuando
estos niños ingresan a la escuela llevan consigo graves problemas tanto para el
maestro como para el resto de los niños. Al formar parte de un grupo la escuela no le puede permitir al niño que
permanezca indisciplinado ya que la influencia que ejerza sobre los demás
desestabilizara a todo el grupo o bien se correrá el riesgo de que algún niño
sea agredido. Un niño indisciplinado dentro de la escuela es como un huracán arrasando todo sin hallar donde aterrizar y
lo grave de este tipo de niños es que no encuentran donde reposar sus
emociones. Muchos menos son aceptados dentro de la escuela quedándose solitarios
y llenos de energía negativa en su interior. Situación que es altamente grave
para la escuela por lo que exige a los padres disciplinar al niño. Pero
desafortunadamente en casa se ha perdido el poder para controlar al niño
porque desde bebe se le permitió hacer berrinches, tirarse al suelo, manipular
a los adultos e incluso pegar o arañar y para cuando el niño tiene seis años o mas se triplica su libre albedrío y no hay poder que lo controle a mayor edad. En estos
casos lo único que funciona es la valentía
de los padres para impregnarse de sabiduría y responsabilidad para redireccionar
el comportamiento de su hijo indisciplinado de esta manera salva al niño de
rechazos sociales.
"No mecanices mis conductas, mejor muéstrame como vivir en comunión con la
disciplina"
|
Un niño que es disciplinado en exceso se le niega un comportamiento natural y fluido para
expresarse, actuar confiado y seguro o ser sociable en su actividad diaria. La rigidez al disciplinar al niño automatiza sus comportamientos cual robot entrenado para obedecer, decir si a
todo y moverse al ritmo que le marca el adulto. Y cuando estos pequeños ingresan a la escuela no saben como adaptarse a las escenas que les rodeara. Pues la escuela hoy en día está organizada para que los
niños sean creativos, expresen sus ideas, inclinaciones, sean sociables y
cooperativos. Comportamientos que desestabilizan al niño, pues por un lado
debe obedecer al adulto de casa y por otro lado la escuela le brinda todo tipo
de facilidades para Ser él. Situación
que crea temores en el niño inhibiendo su participación dentro de la escuela no
solo por la libertad que le ofrecen, sino por las consecuencias de sus acciones, pues piensa que está mal. Duplicidad de comportamientos que provocan en el niño un deprimente complejo de inferioridad impidiéndole participar libre y creativamente. No puede entender la espontaneidad y soltura de su alrededor.
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