Cuando los
movimientos de las manitas se le dificultan al peque como grandes segmentos de su cuerpo, contribuye con él estimulándolo por lo 3 veces por semana de manera constante
y adecuada.
miércoles, 18 de febrero de 2015
Problemas de aprendizaje
La primera infancia sucede durante los tres primeros años de vida y poner especial atención al desarrollo del niño para estimularlo
es de vital importancia de tal manera que; cuando decidas ingresarlo a la
escuela cuente con los recursos necesarios para adaptarse satisfactoriamente a ella de
lo contrario te verás en serios problemas al percatarte que el niño no habla, no
controla esfínteres, quizá este muy apegado a ti o presenta atrasos de otra
índole de desarrollo. Los problemas de aprendizaje durante la primera
infancia generan retrasos escolares proyectándose en el rendimiento académico del
niño, además de los problemas asociados al fracaso escolar se suelen añadir
otros relacionados con el autoconcepto, la autoestima, problemas emocionales,
de comportamiento o de adaptación. La detección a tiempo y el tratamiento de las dificultades de
aprendizaje contribuyen con niños y niñas a mejorar sus capacidades de
aprendizaje a lo largo de su desarrollo. Reeducar algo que no fue bien
aprendido en su momento resulta más complicado y costoso, por lo que es vital
que estar alerta tempranamente respecto al desarrollo de tu hijo para no
lamentarlo o entrar en ansiedades innecesarias. A continuación te enlisto
algunos problemas de conducta o aprendizaje que suelen ser reportados por la
escuela:
Actividad motriz: Un problema motor que se llega a presentar desde que el niño
nace y las pautas para detectarlos reside en observar los movimientos
corporales del bebe. Hablo de los movimientos de cabeza, tronco, brazos,
piernas, brazos, dedos, pies, etc. Si detectas que al niño presenta un mínimo
de actividad o casi nada en algunas de las extremidades mencionadas estamos
hablando de un problema motor. También se
llegan a presentar problemas durante la marcha como pérdida del equilibrio
constante, se va de lado etc. O bien suelen presentarse a nivel motricidad fina
sobre todo cuando el niño se inicia a escribir.
Atención:
El bajo umbral de concentración o dispersión sobre todo cuando el niño ya tiene
cuatro o cinco ya es considerado como un
problema. Antes de esta edad el niño aun se encuentra en la etapa exploratoria
y es normal su dispersión.
Área matemática: problemas en seriaciones, inversión de cifras, reiterados
errores en el cálculo son los principales problemas que se llegan a presentar
en un niño en edad preescolar o primaria y la forma más simple de detectarlos
es mediante la suma, la resta o la multiplicación. Si el niño no comprende
estas operaciones significa que no ha asimilado los conceptos abordados
anteriormente.
Lenguaje: Si el niño trastrabillea al hablar, no pronuncia bien las palabras,
su vocabulario es muy corto o bien le cuesta trabajo pronunciar algunas letras
todos ellos son problemas que se presentan entre el año y seis años de edad.
Sociabilidad: Si observas en el niño inhibición participativa, escasa habilidad
social, agresividad, temores, miedos el niño está refiriendo problemas de
socialización.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Armonía infantil
Rostros, caracteres, personalidades, conductas, todo, absolutamente todo
este bagaje de comportamientos se armonizan cuando de socializar se trata. Y el
arte de convivir se observa cuando un niño es capaz de involucrase en ese gran
mundo de personalidades donde se gestan las relaciones que duraran por el
resto de sus vidas.
El arte de convivir lo llamo: socializar
La socialización se inicia a temprana edad mediante la imitación de gestos, sonidos o movimientos
que papa o mama enseñan al niño cómo decir adiós, mandar besitos, aplaudir, etc. acciones
que inician a un niño a socializar. Una vez que surge el lenguaje entre el año y dos años el niño realiza sus primeros intercambios de palabras dando pie a las primeras relaciones. A esta
edad las relaciones se encuentran limitadas pues aun no existe un intercambio de palabras o
sucesos. El niño inicia a percatarse de sus iguales, pero aun no es capaz de compartir
sus juguetes, mucho menos de involucrarse en un juego grupal. Situación muy
natural debido a su egocentrismo, pues piensa que su mundo gira alrededor de él,
es decir es el centro del todo. Es a partir de los tres años cuando
la palabra ya se encuentra más estructurada, el niño es capaz de compartir
su vida interior pues ha descubierto como comunicarse. Pero cuales son los
beneficios de socializar en un niño? Sucede de todo; un cambio interior, que lo lleva a la reflexión, comprensión
de lo que sucede en el intercambio de
palabras a medida que se relaciona, descubre que es capaz de interiorizar la
palabra, desarrollar un amplio bagaje de comunicación, descubre a sus
iguales, nuevas formas de relacionarse lo cual le causa placer. Además las
relaciones que establece fomentan en él seguridad y
confianza pues se sabe aceptado. Pero la habilidad para relacionarse en un
niño no surge de la noche a la mañana, es una situación que va surgiendo en el
hogar a través de los padres quienes son el referente de toda socialización. Un niño
que a temprana edad tiene suficientes contactos con niños de su edad, similar u
otros adultos desarrollara mayores habilidades para relacionarse, contrario a un niño que ha permanecido
en casa con un mínimo de contactos en su exterior. Para estos pequeñitos les
resulta tremendamente difícil relacionarse pues su entorno les ha limitado esta capacidad y cuando se trata de establecer contactos con otros
niños les genera ansiedad o rechazo, conductas que limitan su socialización. Es
real que un niño o una niña tendrá que involucrarse en una vida escolar, social
o cultural y será entonces cuando se agudice su adaptación a ellas a falta de socialización,
todo dependerá del carácter del niño y del como los padres contribuyen con él o
ella para llevarlo a socializar con su entorno. Los beneficios de socializar
para un niño le dejan infinidad de experiencias tanto afectivas como cognitivas.
Después de los tres años surgirán los monólogos, como parte de las relaciones, es decir el niño habla para sí mismo, favoreciendo ampliamente su pensamiento pues esta introyectando imágenes, hechos o acciones, además
su lenguaje se desarrolla a mayor velocidad y amplia considerablemente su
vocabulario. Más tarde entre los cuatro y seis años cuando el niño ya es capaz
de jugar con otros, inicia un intercambio de pensamientos. Cuando miras que tu
pequeño está hablándose para sí mismo y a la vez esta interaccionando con
otros, te habla de un pensamiento que está deleitándose con su propio juego y
el juego de los demás. Al socializar, un niño aprende el arte convivir con otros, situación que durara por resto de su vida.
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