martes, 9 de julio de 2013

A un lado, al otro

Estando despierto el bebe y recostado boca arriba, coloca a un lado muy cerca de su rostro un juguete atractivo. La finalidad residirá en propiciar que él bebe voltee la carita para buscar el juguete. Realiza lo mismo del otro lado del rostro y en especial cuidando que los intervalos para dejarle el juguete no se prolonguen. A un lado, al otro serán los estímulos que propicies en tu bebe para incitarlo a mover su cabecita.

lunes, 8 de julio de 2013

Un instante


Un paraiso

Todo el mundo dice; "Mi infancia fue un paraíso", y ¡mira a los niños! Esos niños también dirán más adelante que su infancia fue un paraíso, y la evocaran con tristeza.  Todos los niños suspiran por crecer rápidamente, por convertirse en adultos. Todos los niños piensan que los adultos están disfrutando, que todo lo que vale la pena disfrutar se halla en el ser adulto, piensan que ellos lo están disfrutando. Creen que son poderosos, que pueden hacer lo que quieran; ellos están indefensos. Los niños creen que ellos están sufriendo, pero esos niños crecerán del mismo modo que tú has crecido y, más tarde, dirán que su infancia fue hermosa, un puro paraíso.
No se puede confiar en tu memoria. Estás imaginando, simplemente estás creando tu pasado. Recuerdas todo aquello que fue un sostén para tu ego, y todo lo que no dio soporte a tu ego, lo olvidas, lo abandonas.
Así pues, todo el mundo tiene un gran almacén de recuerdos descartados. Y cualquier cosa que dices, no es la verdad; no eres capaz de recordar fielmente. Todos tus centros se encuentran confusos e interfieren y se solapan unos con otros. Todo es producto de los anhelos, de los deseos, deseos que nunca les miras un fin. Tus centros solo se iluminan cuando eres capaz de tocar el instante, el hoy...hoy es tu paraíso.

Comprender a un adolescente

Comprender a un adolescente no es tarea fácil para ningún adulto. Sin embargo cuando un adulto sabe comulgar con la comprensión sabrá hacerla extensiva hacia un adolescente, un joven que se encuentra en el florecimiento de sus emociones.
Comprender a un adolescente requiere de alta empatía para tener la capacidad de sentir lo que siente el adolescente. Intuición para ser capaz de mirar con el corazón las emociones de un adolescente, contrario a invadirlo con una avalancha de preguntas o cuestionamientos que solo apabullan y entorpecen sus emociones. Lo más valiosos es saberlo escuchar cuando el niño o la niña están dispuestos a hablar. Y saber escuchar no es una cuestión de trivialidades o una oportunidad para darle consejos, no, eso no es escuchar. Eso solo es una conducta que cierra de inmediato cualquier comunicación que se pudiese vislumbrar de un adolescente. Escuchar es una cuestión sagrada, es  una religión donde la esencia principal se centra en abrir tus sentidos en el momento que el adolescente este vertiendo lo que siente. Ante cada palabra que tu adolescente vierta, tu corazón deberá recibirla bajo sus diferentes manifestaciones; sea de agrado, de angustia, ira, desesperación o quizá llanto. Sentimientos que afloran en un adulto que sabe escuchar, que sabe que debe callar aunque duela. Son los sentimientos que realmente saldrán a flor de piel cuando escuchas a tu hijo o hija. Al sentir que pierdes el control y quisieras con el alma decirle que todo va a estar bien, que deberá conducirse de tal o cual manera, solo serán actos que entorpecerán la comunicación por lo  tanto la comprensión o empatia no llegara a tocara a ninguno de los dos.
En síntesis; escuchar es abrir los sentidos y cerrar la boca, suena cruel, si lo sé, sin embargo los adultos somos excelentes verbalizadores, tan excelentes que en cuestión de segundos invadimos a los chicos creando todo un caos, creando una crisis emocional. 
Son tres, los factores esenciales para llegar a comprender a un adolescente; empatía, intuición y saberlo escuchar. Cuando comulgues realmente con ellos estarás en condiciones de comprender a un adolescente.

                                                                                                              

jueves, 4 de julio de 2013

Reflejo


Papel para estrujar

El papel para estrujar, romper o rasgar siempre es una excelente oportunidad para estimular tanto manos como dedos en tu pequeño. Solo consígue grandes pliegos de papel periódico, de china, crepe o cartulina, el papel que decidas estará bien. Lo importante residirá en los actos que realice tu pequeño con el papel. Al estrujarlo para realizar grandes bolas de papel, o al rasgarlo para hacer tiras con él o simplemente rasgarlo para hacer confeti. Todos ellos son actos que estimulan ojos, manos y dedos.

Control de ojos y pies

Solo consíguete una botella de plástico de preferencia grande.  Desnuda los pies del niño y siéntalo sobre una sillita pequeña. Ahora colocle la botella debajo de un pie para que la ruede con la planta del pie, una y otra vez. Posteriormente con el otro pie. Repite este sencillo ejercitamiento de los pies varias veces. Una excelente oportunidad para estimular; control de ojos y pies en tu pequeño.