Todo el mundo dice; "Mi infancia fue
un paraíso", y
¡mira a los
niños! Esos niños también dirán más adelante que su infancia fue un paraíso, y
la evocaran con tristeza. Todos los niños suspiran por crecer rápidamente, por
convertirse en adultos. Todos los niños piensan que los adultos están
disfrutando, que todo lo que vale la pena disfrutar se halla en el ser adulto, piensan que ellos lo están disfrutando. Creen que son poderosos, que pueden hacer lo que
quieran; ellos están indefensos. Los niños creen que ellos están sufriendo,
pero esos niños crecerán del mismo modo que tú has crecido y, más tarde, dirán
que su infancia fue hermosa, un puro paraíso.
No se puede
confiar en tu memoria. Estás imaginando, simplemente estás creando tu pasado.
Recuerdas todo aquello que fue un sostén para tu ego, y todo lo que no dio
soporte a tu ego, lo olvidas, lo abandonas.
Así pues, todo
el mundo tiene un gran almacén de recuerdos descartados. Y cualquier cosa que
dices, no es la verdad; no eres capaz de recordar fielmente. Todos tus centros
se encuentran confusos e interfieren y se solapan unos con otros. Todo es
producto de los anhelos, de los deseos, deseos que nunca les miras un fin. Tus
centros solo se iluminan cuando eres capaz de tocar el instante, el hoy...hoy es tu paraíso.
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