miércoles, 8 de mayo de 2013
Estimula el lenguaje
Estimular la lengua en tu pequeño es un excelente medio para
favorecer las articulaciones del habla. Solo coloca un poco de miel, mermelada
o cajeta en un platito extendido y pídele que tome con la lengua poco a poco la miel
esparcida por el plato. Procura que extienda lo lengua lo más larga posible,
cuidando que no se dañe, de tal manera que la mueva articuladamente para lamer.
Un sencillo acto para estimular el lenguaje en el pequeño.
Iniciarlo en la marcha
Toma al bebe por ambos brazos y ponlo de pie cerca de algún
mueble resistente. Sea una silla, una mesa o algún sillón. Coloca una de sus
manitas sobre el mueble para que se apoye firmemente. Asegúrate de que se
sostenga correctamente. Ahora solo déjalo paradito frente a ti y
chárlale, cántale, atrae su atención con algunos juguetitos, etc. Lo relevante
de esta postura reside en que el bebe equilibre su cuerpecito al mantenerse de
pie sostenido por una de sus manitas. Y para finalizar la estimulación ahora
solo acércale algún juguete para que intente tomarlo, soltándose
momentáneamente del mueble. Te recomiendo ser muy observadora con el bebe
cuidando que no caiga al suelo en el momento de tomar el juguete. Este sencillo
ejercicio estimula todo su cuerpecito y fortaleces sus piernitas para iniciarlo
a la marcha.
martes, 7 de mayo de 2013
A palmear
Teniendo al bebe recostado o sentadito en su silla, toma ambas manitas y palmea al mismo tiempo al ritmo de alguna música. Asegúrate de palmear las manitas del bebe: arriba, abajo, a un lado, al otro, sus manos contra tu manos, etc. Lo importante es realizar con las manos de tu bebe y las tuyas tantos movimientos como surjan en el instante.
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lunes, 6 de mayo de 2013
La crisis de los tres años
Para el adulto un periodo muy importante en el
desarrollo del niño es la crisis de los tres años, el cual se caracteriza como
una fase dominada por la obstinación, por la necedad de los niños de hacer solo
lo que ellos quieren. En esta etapa, que normalmente es de corta duración, el
niño experimenta profundos cambios tanto de ánimo como de capacidad
intelectual. Es difícil manejar a los niños durante estos periodos de crisis,
debido a que están afectados por profundos conflictos externos e internos.
No pueden aceptar las normas más elementales de la
convivencia social, pero al mismo tiempo son obstinados, en muchas ocasiones no
saben en verdad que es lo que verdaderamente quieren. Se obstinan en algo que,
si se les da de inmediato, como a veces lo hacen los padres con tal de que el
niño no de lata, el niño, que en verdad espera una negativa o un regaño; se
muestra confundido.
Que aparezca una crisis de esta naturaleza en un
niño no es algo raro. Lo que ocurre dentro de él es una verdadera revolución
debido a que aparecen nuevos intereses y nuevas necesidades, lo cual conduce al
establecimiento de nuevos y mejores mecanismos de funcionamiento mental. En
otras palabras podría decirse que: “el niño pierde lo conseguido, antes de que
aparezca algo nuevo”
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