martes, 4 de diciembre de 2012
Tres efectos de una conducta desafiante
El
temperamento: Se verá fotografiado ante una crisis de violencia. Y
es la dimensión biológica de la personalidad. Está escrito en los genes y es
heredado. En él confluyen fenómenos psicofisiológicos y se organizan en
funciones biológicas y expresiones conductuales. Las funciones biológicas son
la respuesta de la ansiedad, las respuestas instintivas o impulsos, el estado
de ánimo que manifiesta el niño o el adolescente ante comportamientos
desafiantes,
La
ansiedad es en una cadena de eventos neuronales que bañan el cerebro con
sustancias químicas específicas (tales como el cortisol y la noradrenalina)
para enfrentar adecuadamente situaciones
desafiantes o amenazantes, ya sean reales o imaginarias. La respuesta de
ansiedad les permite hacerles frente o huir. Cuando ésta es excesiva, provoca
una sobre alerta, una especie de luz incandescente que ilumina el cerebro
intensamente, bloquea la capacidad de discernir y cede paso a un conjunto de
conductas inmediatas, primitivas, orientadas a la supervivencia. En cierto
sentido, la ansiedad calienta la cabeza y facilita conductas impulsivas. Si la
respuesta es excesiva o los mecanismos de autocontrol son deficitarios y aparecen conductas agresivas.
Finalmente
las respuestas instintivas son las conductas primitivas que están orientadas a
la supervivencia. Se desencadenan de modo inmediato, no consciente, sin
elaboración reflexiva. Atacar un plato de comida movidos por la ira, agredir
para defenderse son conductas instintivas. También lo es, paradójicamente,
cierta forma impulsiva de suicidio. El rasgo esencial en todas estas conductas
es la rapidez con la que emergen.
Aquí encontraras mas; http://www.youtube.com/watch?v=oFtxEgLkyQQ
Aquí encontraras mas; http://www.youtube.com/watch?v=oFtxEgLkyQQ
Cerca - lejos
Y ahora te
compartiré una sugerencia para estimular la vista de tu bebe. Solo recuéstalo
boca arriba, toma un juguete llamativo o algún objeto sonoro para atraer su
atención. Colócate de pie frente a él y acércale el juguete muy cerca de sus
ojitos, detente así por unos segundos
para que lo explore con la vista e intente tomarlo. Ahora aleja el juguete
lentamente, buscando que el bebe lo persiga con la mirada. En otras palabras
acerca y aleja el juguete y puedes incorporarle tantas variantes como desees,
rápido lento, arriba- abajo, a un lado al otro, etc. Repite la acción tantas
veces como se muestre interesado el bebecito. Serán inimaginables las
reacciones que propicies en él.
Pensamiento y esquema corporal
Una manera formidable para estimular pensamiento y esquema
corporal en tu pequeñito consiste en sentarte con el frente a un espejo y
haz lo siguiente;
- Mírense a través del espejo
- Di tu nombre y señálate en el espejo
- Di el nombre del pequeño y señálalo en el espejo
- Toca tu cabeza y di su nombre
- Invita al niño a tocar su cabeza y decir su nombre.
- Continúa con la boca, la nariz, los ojos, etc.
Cierra el momento ejecutando tanto movimiento como se te
ocurra con la cabeza, con la boca, con las manos, invitando al niño a que te
imite. Hermosa sincronización de actos para el estimular el pensamiento infantil.
Desarrollo afectivo del adolescente
Tras el período turbulento
de la preadolescencia la conducta de los jóvenes suele sosegarse. Las relaciones
familiares dejan de ser un permanente nido de conflictos violentos la
irritación y los gritos dejan paso a la discusión racional, al análisis de las
discrepancias, a los pactos y los compromisos.
Esto significa que el
adolescente ha conseguido librar con éxito el anterior combate contra las exigencias libidinales
infantiles de las que no obtiene ya satisfacción y está dispuesto a afrontar
las dificultades que conlleva su nueva condición por fin plenamente asumida de
joven adulto.
A partir de este
momento el conflicto se desplaza desde la ambivalencia afectiva a la
reivindicación de ciertos derechos personales entre los que destacan las
exigencias de libertad e independencia, la libre elección de amistades,
aficiones, etc.
En resumidas cuentas en
este segundo momento de la adolescencia, los intereses afectivos de los jóvenes
abandonan masivamente el ámbito familiar estableciendo nuevas elecciones de objetos
afectivos extra familiares como es propio de todo adulto.
El problema reside en
que la afectividad va mas allá de la familia, pero el adolescente sigue viviendo
–y tal vez por mucho tiempo- en el domicilio paterno.
lunes, 3 de diciembre de 2012
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