El niño necesita intimidad porque todo lo que es hermoso crece en la intimidad. Esta es una de las leyes fundamentales de la vida. Las raíces
crecen bajo tierra; si las sacas de la tierra empiezan a morir. Necesitan
intimidad, total intimidad. El niño crece en el vientre de la madre en la
oscuridad, en soledad. Si sacas al niño a la luz delante de público morirá.
Necesita nueve meses de absoluta intimidad. Todo lo que necesita crecer,
necesita intimidad. Una persona adulta no necesita tanta intimidad porque ya
ha crecido, pero un niño que inicia a crecer necesita mucha intimidad.
Los padres se preocupan mucho cuando ven que el niño ha desaparecido
o está solo; inmediatamente se preocupan. Tienen miedo, porque si el niño está
solo, temen que algo le pueda suceder. Se tiene que mover dentro de unos
límites, para que los padres le puedan vigilar, porque al vigilarle lo están protegiendo
y aunque resulta necesaria la protección, todo niño requiere de ciertas dosis
de intimidad para desarrollar su
individualidad. Al vigilar al niño excesivamente le están creando una
personalidad lo cual no es nada más que un envoltorio pues personalidad significa
máscara que viene de la hermosa palabra persona.
Contrario a ello el niño tiene que estar continuamente en
guardia porque está siendo observado. Tú mismo te puedes dar cuenta: cuando te
estás dando un baño eres una persona totalmente diferente; en el cuarto de
baño puedes dejar tu máscara a un lado. Hasta las personas adultas que son muy
serias empiezan a cantar, a tararear. ¡Hasta las personas adultas empiezan a
poner caras delante del espejo! Estás solo ‑eres perfectamente consciente de
que has echado el cerrojo a la puerta‑, pero si de repente te das cuenta de que
alguien te está mirando por el agujero de la cerradura, sucederá un cambio inmediato.
Te pondrás otra vez serio, la canción desaparecerá, dejarás de poner caras
delante del espejo; empezarás a comportarte como se supone que debes
comportarte. Esta es la personalidad, estás de vuelta en el envoltorio.
Un niño necesita una enorme intimidad, tanta como sea posible,
el máximo de intimidad, para que pueda desarrollar su individualidad sin
interferencias, sin vigilancias, sin cuestionamientos invasivos…. este será el camino que llevara a florecer la individualidad
del niño.