miércoles, 16 de octubre de 2013

Jugar con papel


La edad de la indagación durante el primer año de vida, contrario a reprimirlo, resulta altamente benéfico para ser estimulado en tu pequeño. Solo requieres dotarte de los siguientes materiales; bolitas de papel, (elabóralas con papel de china o revistas y colócalas en un bolsa) y un frasco de plástico. Siéntate con el niño y muéstrale la bolsa con bolitas para que las saque e intente meterlas al frasco, mostrándole previamente como hacerlo. Si se lleva las bolitas a la boca, evítalo y no te angusties por ser papel, pues el hecho de darle este material al niño propicias en tu pequeño capacidad de; estrujar, romper, tirar, llevarlo a la boca, meter, sacar. Vale la pena un momento de jugar con papel. 

Observación

Propiciar a temprana edad la capacidad de observación en el niño, resulta ser un excelente motivo para estimular la atención y la exploración, propias de esta edad. Solo requieres salir al parque o un lugar que te permita mostrar un entorno diferente al niño. Independientemente del lugar que elijas solo invita al niño a mirar por unos breves segundos algo pequeñito, como una flor, un gusanito, una Catarina, etc. charla sobre su color, tamaño, como se mueve, etc. Con este simple acto llevaras al niño a; atender indicaciones, observar, mantenerlo tranquilo por unos instantes e iniciarlo a lo que tanto demanda el adulto; “atención”

martes, 15 de octubre de 2013

Colocar a bebe en diferentes posturas...


Estimular el equilibrio

A partir de los cinco meses ya es vital iniciar al pequeñito a fortalecer todo su cuerpecito en materia de equilibrio. Solo se trata de acostarlo sobre la cama, tomarlo por la cintura y levantarlo, asegurandote que los pies del bebe se apoyan sobre la cama, sostenlo así por breves segundos. Repite esta acción varias veces; acostarlo y levantarlo por la cintura para apoyar sus piecitos sobre la cama una y otra vez, contribuirás en su equilibrio y sobre todo le ayudaras a descansar su cuerpecito.

Moviendo el cuerpecito

Estando despierto, recuesta al bebe boca abajo y acaricia su espalda suavemente con una de tus manos, la intención se centrara en crear una reacción en el bebe para que se mueva, levante la cabeza o trate de voltearse. En un segundo momento acaricia nuevamente su espalda con una pelotita de esponja dejándola caer por la columna, partiendo de la nuca hacia abajo, la intención se centrara en que el niño voltee, sienta nuevas texturas, persiga al objeto con la mirada, etc. Dos momentos para fortalecer cabeza y tronco.

lunes, 14 de octubre de 2013

El niño encuentra una escuela


Orientación firme y amorosa

Algo más que necesitan los niños es orientación. Si los pequeños se encuentran rodeados de adultos que los aman y les enseñan con firmeza cuales comportamientos son aceptables y cuáles no, ellos aprenden a controlarse. Pero, ¿cómo puede lograrse esto? Los siguientes son unos cuantos pasos que pueden darse:
• Asegúrate que tu pequeño no corra riesgos de accidentes e impide cualquier comportamiento peligroso. Por ejemplo: “No te subas en la mesa porque puedes caerte”.
• Dile lo que puede hacer: “Si quieres trepar, súbete al sofá”.
• Ejemplifica el comportamiento aceptable. Manten presente que los niños con frecuencia imitan las conductas de los adultos; tanto las buenas como las malas.
• Establece límites claros y reglas sencillas. Los niños se sienten más seguros al saber lo que se espera de ellos.
• Díle “no” lo menos posible. Explíquenle sus razones en un lenguaje sencillo.
• Ofrécete alternativas. “No debes lanzar los juguetes. Pero puedes lanzar esta pelota o este cojín. ¿Cuál prefieres?”
• Planeen actividades interesantes para los pequeños. Un niño ocupado en el juego tiene menos probabilidades de actuar impulsivamente.        
No importa cuán furioso o frustrados puedas sentirte en ciertas ocasiones, nunca se debe estremecer o sacudir a los pequeños. Hacerlo puede perjudicar al niño emocional y físicamente de forma permanente. Perder el control y expresar la rabia contra los pequeños puede dejar cicatrices imborrables si esto ocurre con regularidad. Si es preciso, acudan a un miembro de la familia, a algún amigo(a) o un(a) profesional que te ayude a serenarte y  controlarte.