martes, 23 de julio de 2013
Relajando los pies del bebe
lunes, 22 de julio de 2013
Genésis del pensamiento
La primera infancia se caracteriza por una transformación de la inteligencia que, de simplemente sensorio-motriz o práctica que era al principio, ahora se prolonga en pensamiento propiamente dicho, bajo la influencia del lenguaje y la socialización. El lenguaje permite al niño el relato de sus actos, le procura a la vez reconstruir el pasado o evocarlo en ausencia de los objetos que refieren conductas a
nteriores, anticipar actos futuros aún no ejecutados, hasta
sustituirlos por la sola palabra, sin jamás realizarlos, ese es el punto de
partida del pensamiento. A su vez y casi inmediatamente viene a añadírsele el
hecho de la socialización de los actos, aquéllos que dan lugar a actos de
pensamiento. El lenguaje es el vehículo de los conceptos y las nociones que
pertenecen a todo el mundo y en él queda sumergido el niño tan pronto como
maneja la palabra.
Pero ocurre con el pensamiento,
lo que ocurre con toda conducta en general: en lugar de adaptarse inmediatamente
a las realidades que descubre y que construye poco a poco, el niño tiene que
comenzar con una incorporación laboriosa de los datos a su yo y a su actividad.
A esto le llamamos; asimilación egocéntrica. Egocentrismo que definirán los
juicios del pensamiento del niño, así como los de su socialización.
El pensamiento egocéntrico puro
se presenta en esa especie de juego que cabe llamar juego simbólico. Sabido es
que el juego constituye la forma de actividad inicial de la infancia. Puede
observarse, mucho antes del lenguaje, un juego de las funciones sensorio-motrices
que es un juego de puro ejercicio, sin intervención del pensamiento ni de la
vida social, ya que no pone en acción más que movimientos y percepciones. Hay
numerosos ejemplos: juego de muñecas, comiditas, etc. Es fácil darse
cuenta de que dichos juegos simbólicos constituyen una actividad real del
pensamiento. En resumen, el juego simbólico es la
representación de todo lo que acontece en la vida interior de un niño sumergido
en una transformación donde los conceptos, los sentimientos y el entorno le
rodea va tomando giros inesperados y ante lo cual deberá ir adaptándose para
dar respuesta a su medio. Es la génesis del pensamiento, es la evolución por la
que atravesamos, abriendo paso a una vida que continuara en constante
evolución.
Búsqueda de la identidad
La
búsqueda de la identidad es un viaje que dura toda la vida y el punto de
partida está en la niñez,
acelerándose a toda su velocidad durante la adolescencia. La búsqueda de la identidad
es un esfuerzo por lograr el sentido de sí mismo y el mundo en si no puede
proveer a un adolescente de esta valiosa búsqueda. En el mundo aun se miran
adultos perdidos entre su pasado adolescente y la etapa infantil.
Hablar
de una búsqueda de identidad es aventurarse a conocer el interior, hablo del
hogar interior, de lo que habita a un adolescente. Quizá para un adulto sea una
búsqueda caracterizada por la impulsividad, la ansiedad o el desacato, pero
para un adolescente sus búsquedas se caracterizan por sentir y experimentar
toda aquella emoción que ahora se torna nueva para él o ella.
Hablamos
de un o una adolescente que se enfrenta a diferentes manifestaciones
emocionales y deberá conjugarlas con el resto de sus iguales y su entorno
cultural.
Hablar de búsqueda de identidad no es una
situación que se torne fácil, más bien requiere de estar en el umbral de la
conciencia y de la aceptación para iniciar el viaje de mirar, sentir y aceptar
de que esta hecho emocionalmente. Conocer tal bagaje es conocerse a sí mismo,
entonces surge el segundo reto de vida y quizá el más grande; el cambio. El
cambio que requiere de ir tallando artísticamente una a una sus emociones, el arte
que pule sus emociones hasta brillar de Identidad. Entonces, solo entonces estará
listo para mirarse, estará lista para sentir quien es realmente.
viernes, 19 de julio de 2013
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