miércoles, 16 de enero de 2013

Ego Infantil


Al nacer el niño está absolutamente desvalido a merced del adulto que lo recibe en su nuevo mundo. Así se abre paso a una vida que abra de transcurrir  más de una etapa de desarrollo en el niño. Es durante la primera etapa de vida cuando nace el ego infantil. El bebe es cuidado, protegido, alimentado, amado. Es el centro del universo, es el nacimiento de su ego. Se inicia a gestar una mentalidad en el niño tan normal para su crecimiento y su futuro desarrollo.
Pero es durante la segunda infancia cuando el ego infantil aborda otras líneas conductuales. Con la aparición del lenguaje y las emociones entre los dos y tres años el ego infantil se convierte en el amo y dueño del adulto que esta siempre a su alcance. Y esto lo puedes observar ante el brote de sus primeros berrinches, sus llantos incesantes, las rebeldías que surgen cuando se enfrenta o los clásico no. Los caprichos que se derivan por querer satisfacer sus deseos o simplemente las clásicas pataletas.
Son proyecciones de un ego infantil que se está gestando y que va descubriendo el mundo de las normas donde abra de atender las exigencias del adulto. Las reglas que mama impone cuando de pasear se trata. Tal vez la disciplina que deberá atender en casa respecto a sus juguetes  o su higiene personal. Hablo de un niño que gradualmente se va adaptando a nuevas formas de contactar con mama o papa. Es decir descubre a un nuevo adulto que ha dejado de ser su proveedor incondicional. Sin embargo la mente del niño aún sigue a la espera de que todo se le cumpla, se le provea, se le atienda al más mínimo deseo y es aquí cuando surgen las crisis del ego infantil. El niño se vuelve más y más egoísta.  Se siente a sí mismo como el centro de toda la existencia y entonces se eleva su ego infantil y se niega a atender al adulto.
El ego es necesario al principio para que el niño se sienta aceptado, amado, bienvenido; para que se sienta como un invitado.  El padre, la madre, la familia, el ambiente cálido le ayudan a crecer fuerte con raíces fortalecidas.  Es necesario durante sus primeros años pues el ego le da cierta protección.  Pero llegada la edad de la independencia el niño deberá enfrentar por si solo las normas dentro y fuera de casa. Y en la medida que le enseñes como ir superando  su ego infantil, estarás contribuyendo con él a experimentar, vivenciar, sentir y enfrentar que a medida que crece va dejando de ser el centro del hogar, o el centro del universo. Entonces su ego infantil se adaptara a cualquier situación que le demande la vida.

martes, 15 de enero de 2013

Serenidad


Tacto, Vista, Oido


Tan solo toma al bebe entre los brazos y hagan un recorrido por casa: muéstrale un cuadro que cuelgue de tu pared, la lámpara que se enciende y apaga, coloca su dedito para que toque el timbre, acerca su oído al tic tac del reloj o el sonido de la alarma, muestrale como se mueven las persianas, llévalo a tocar la fruta, en fin solo es cuestión de dar rienda suelta a tu imaginación. Todo objeto de casa para tocar, ver y oír suele ser un estimulo fabuloso para tu bebe, pues estarás estimulando sus sentidos con los estímulos de casa.

Manos y pies


Para una tarde que te encuentres dispuesta a estimular los sentidos del pequeño, juega con el a pintar con manos y pies, sera un divino momento que jamás olvidara. Solo provéete de hermosos colores a base de agua, disuélvelos en recipientes pequeños y enormes pliegos de papel, sea bond, cartulina, o papel reciclaje, etc.
Prepárense con ropas usadas y una gran bata y solo dispónganse a crear. Crear con las manos, con los colores y con la poesía que emane del instante. Y si todo se vuelve poético, desnuden sus pies y combinen sus creaciones con manos y pies. Aunque te suene raro, en el planeta alguien está haciendo poesía con la pintura. 

Surgimiento de las emociones


A partir de los ocho o diez meses de edad, el niño desarrolla lenta y gradualmente estrategias efectivas para darles un cauce adecuado a las emociones que lo desbordan. Cuando las condiciones internas y ambientales son ideales, las estructuras cerebrales van madurando y permitiendo una autorregulación relativamente eficiente, automática, espontánea e inmediata. Gracias a la progresiva maduración de conexiones entre el mundo subterráneo de las emociones y la corteza cerebral el niño suma estrategias relativamente conscientes para autorregularse como; echar mano a la fantasía (imaginar que es un tigre feroz) o a los objetos transicionales que representan a la madre (alguna cosa que le pertenezca a ella, como una prenda de vestir) o que adquieren el carácter de amuletos que neutralizan el miedo: un pañal o "tuto", un peluche, un chupete o un pulgar en la boca (estos dos últimos son sustitutos del pezón).

viernes, 11 de enero de 2013

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Ame regresar para compartir.
La dulzura de la vida me recordó que aquí llegan hermosas miradas.
Y los misterios de la vida
me invitaron a dejar letras que salen del corazón, 
en este rincón.







Un abrazo y retorno en breve!

Raices