lunes, 12 de abril de 2021

Pataletas

A lo largo del ritmo de vida de niños y niñas siempre suelen surgir las pataletas. El punto es como se aborda, resuelve o enseña al niño a descubrir sus propios sentimientos.
Dentro de casa los niños son unos, fuera de casa son otros.
La preciada normalidad te llega a dar preciados momentos de aprendizaje emocional.
Basta un deseo no cumplido del niño (a) y toda calma, alegría y hasta gusto se esfuman en cuestión de instantes. 
Cuando la normalidad es irrumpida por una pataleta, te demandara poner en acción tus neuronas. Y para activar tus neuronas será necesario urgir el retorno de tu estabilidad emocional en aras de abordar inteligentemente la desestabilidad emocional del niño (a). Se trata de estabilizarte emocionalmente porque de caer en dar explicaciones y explicaciones al niño, encenderás mas la pataleta, el niño esta ocupado en satisfacer su deseo.
Los adultos detectamos los peligros en automático, los niños buscan satisfacer sus deseos automáticamente. Las advertencias, explicaciones, justificaciones u otra razón para alejarse del peligro no es relevante para ellos, están absortos en propios placeres y en lo mas mínimo ponen atención a tus razonamientos.
Si actuaras desde el segundo uno, retirando al niño del peligro, en lugar de dar tantas explicaciones, el peligro se desvanece. Quizá provoques una pataleta, quizás no, lo valioso es actuar lógicamente ante situaciones desavenientes en lugar de perder tiempo dando explicaciones o estableciendo juicios.
La tranquilidad de verlos jugar no siempre es placentera, en cuestión de instantes irrumpe la inestabilidad emocional, por cualquier trivialidad. Tremenda oportunidad para mostrar al niño a reconocerse, sentirse y vivir una frustración.
Cuando deseas salvarlos de toda frustración, no funciona porque al final de cuentas la frustración es de ellos, las pataletas son de ellos.
Agobiarte, preocuparte e intentar que el niño deje de hacer pataletas "a fuerza" no funciona. Funciona iluminar tus neuronas, serenarte y permitir que el niño resuelva sus propias crisis. Cuesta mas serenarte y pensar diferente, que obligar al niño a calmarse, eso es fácil y rápido pero; al final de cuentas "lo que mas cuesta resulta ser lo mas valioso". 

Solo es cuestión de mirar distinto, sentir distinto, pensar distinto y descubrirás como abordar las pataletas de tu hijo - hija.
El ritmo de vida de niños y niñas es tan impredecible dentro o fuera de casa que a medida que van experimentando con sus emociones, van descubriendo como dejar pasar sus propias pataletas.
Ellos saben que; cuando atraviesan por una pataleta, siempre esta cerca de ellos alguien que los comprende. Cuando una pataleta concluye, la calma retorna. Mas vale recordar lo maravilloso que fue salir de una tormenta emocional, que pasarse la vida recordando al niño (a) lo mal que se portan, al final de cuentas ellos están descubriendo sus sentimientos. 
El cierre de un día, siempre es oportuno para decirte; -vaya resulto tan simple, solo fue cuestión de encender las neuronas y no hacer berrinche con él o ella-.





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