martes, 9 de febrero de 2021

Como crecen y se desarrollan niños y niñas

En cualquier momento, los pensamientos, sentimientos y comportamientos de un niño o una niña se hallan determinados por influencias longitudinales, hablo del conjunto de experiencias de aprendizaje que suceden desde su nacimiento. Aunque ellos puedan encontrarse expuestos a muchas clases de aprendizajes importantes, la discusión subsecuente estará enfocada al aprendizaje que tiene que ver con el desarrollo de su autoidentidad y de la condición de persona. Un niño llega al mundo en condiciones de gran desigualdad con quienes le rodean. Al nacer, esta completamente indefenso; su supervivencia depende de las experiencias, instrucciones y conductas de quienes se encargan de proporcionarle el cuidado, a menudo los progenitores. En consecuencia, cualquier adulto, sin importar las privaciones que haya sufrido en su infancia, recibió alguna clase de cuidado, de lo contrario no habría sobrevivido. Además de proporcionar alimentos y el afecto necesario para la supervivencia física y emocional, los progenitores también son responsables de las primeras enseñanzas e imágenes que el niño ve, escucha y entiende; es así como se desarrolla una concepción del mundo a través de los sentidos. Debido a que la naturaleza de los seres humanos es entender el mundo, el niño inventa todo lo que no logra entender. Después, los recuerdos consientes e inconscientes de la infancia se convierten en una interesante mezcla de verdad y fantasía según el grado de disfunción en la comunicación familiar, el niño distorsionara la información en su proceso de entendimiento. En edades posteriores, esto podría afectar su capacidad para enfrentar la realidad. La triada primaria, padre, madre e hijo, es la fuente esencial de la identidad del YO. Dentro de la triada primaria, el niño determina la forma como encaja en el mundo y cuanta confianza puede depositar en sus relaciones con los demás. Por ejemplo, un niño que experimento sentimientos de abandono durante los primeros meses de vida, podría presentar dificultades para establecer relaciones estrechas e intimas con otras personas, a menos que aprenda cosas nuevas que reemplacen a las experiencias anteriores. La triada primaria también enseña al niño las discrepancias en la comunicación -las inconsistencias entre lo que observa y escucha o entre lo que siente y escucha- es donde surge la necesidad de interpretar mensajes incongruentes por primera vez. Por ejemplo; El niño, al ver que su madre frunce el ceño, pregunta; ¿Qué pasa? La madre quien tiene una regla que dice: “debo estar siempre feliz”, responde; “nada, me siento muy bien”. Luego vuelve la espalda, tal vez en un esfuerzo para ocultar el conflicto entre lo que siente que debería de ser y lo que es en realidad. El niño podría derivar muchas interpretaciones de las discrepancias observadas, incluyendo la posibilidad de que se sienta algo responsable de la infelicidad de la madre. La mayoría de los padres no tienen conciencia de sus mensajes incongruentes, algunos consideran que deben proteger a sus hijos de los mensajes negativos, aun cuando sean mensajes claros de rechazo hacia el niño, si se les habla con la verdad resulta menos perjudicial para la salud mental del pequeño contrario a enviarles mensajes mixtos que no pueden descifrar.

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