miércoles, 11 de septiembre de 2019

Las emociones en los preescolares y escolares


Entre los 4 y 12 años, que es la edad de los preescolares y escolares, las emociones han adoptado una profunda significación en ellos y ellas por lo que deberás estar muy alerta, respecto al cómo se va configurando su estado emocional para encauzarlo adecuadamente. Para ello lo primero a realizar es diferenciar el contexto entre una emoción y un sentimiento porque si tienes la claridad de ambos conceptos tienes los elementos para contribuir con ellos. Una emoción es un estado interno pasajero que puede ser positivo o negativo como la alegría, la quietud, la rabia o el miedo. Los sentimientos son estados internos duraderos, estables, permanentes que se construyen a partir de las emociones. Dada la definición de emoción  y sentimiento ahora descubre tus propias reacciones o actuaciones ante los distintos estados emocionales que viven en casa los niños, recuerda que la intención es fortalecerlos anímicamente tú decides el momento, cómo y bajo qué criterios contribuirás con ellos, dicho lo anterior te daré algunas estrategias para llevar a cabo una intervención, guía o apoyo como desees concebirlo. Obvio que ante todo tipo de emoción positiva nada hay por hacer pues toda positividad que se vive en el hogar se deja fluir a lo largo y ancho de las paredes, es incalculable el beneficio espiritual que se irriga cuando la familia se torna alegre, cuando se despliega serenidad en el hogar y el gozo se refleja en rostros y almas de quienes ahí habitan por lo que es mejor abrir de par en par las puertas a la felicidad que preocuparse por perderla. Sin embargo existen emociones negativas que invaden el hogar de problemas sea por la conducta de los niños, las rabietas que protagonizan, su hiperactividad te deja sin aliento, emociones que urge atender. Y atender es reaccionar, reaccionar en el instante para tomar el control de la situación y tomar el control no significa ordenar a los niños que se comporten, se calmen o se controlen a ese tipo de control no me refiero, me refiero al control de tu mente, de tu boca y tu actitud justo cuando alguna crisis está en plena efervescencia colocando un tremendo faro en tu conciencia para pensar saludablemente y con claridad; ¿cómo resolver la situación? ¿cómo dar salida a la crisis? Si logras contener una reacción impulsiva o visceral para actuar inteligentemente, preparas a tu mente para resolver la situación, contrario a obstaculizar o agraviar la crisis. Y para cuando tu mente piense con claridad y positivamente abre la boca para permitir que salgan palabras constructivas y si no las encuentras en ese micro instante abstente de hablar y busca otro tipo de salidas para que el niño (a) expulse su ira, temor o irritabilidad por la que esté atravesando. En el instante que tomas conciencia de los cambiantes estados emocionales de niños y niñas te solidarizas con ellos para buscar salidas rápidas, saneas su estado emocional, ellos lo reconocen, te miran como su héroe, no te conciben como el adulto que los reprimió, te conciben como alguien que estuvo con ellos cuando emocionalmente no sabían cómo resolver sus problemas entonces estarás en el camino hacia la salud emocional. Pero si optas por reprimir, regañar, bloquear o te ofendes porque el niño presenta alguna crisis de tipo emocional has equivocado el camino porque pretendes resolver el problema con otro problema; la imposición e imponer cómo deberá sentir el niño o la niña debilita su potencial y por si fuera poco los inicias por la ruta del extravió emocional cual empantanamiento, los niños se tornan temerosos, huidizos, violentos e inseguros sus sentimientos se han tornado negativos y serán duraderos, recuerda la definición de sentimiento. Cuando las emociones no son abordadas saludablemente impactan a tal grado que niños y niñas llegan a ser adultos con sentimientos poco saludables, solo voltea a mirar a tu hijo o hija y mira qué clase de sentimientos se están gestando ahora, familiarízate con sus emociones y atrévete a contribuir con su salud emocional que tanto merece la infancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejarme tus comentarios