Las
cuarenta semanas marcan el comienzo del último cuarto del primer año. Las
piernas ya sostienen el peso total del cuerpo, pero el equilibrio independiente
no llegara hasta finalizar el año. El equilibrio en la posición sedente, sin
embargo, es perfectamente dominado. Estando sentado, el niño puede volverse de
costado, inclinarse en ángulos variables y recobrar el equilibrio, hallándose inclinado,
retrocede, se balancea o gatea. La conducta adaptativa refleja, a las 40
semanas, nuevos refinamientos en la mecánica de la masticación y de la
manipulación. Los labios demuestran mayor adaptación al acercarse al borde de
una taza y la lengua coopera con mayor eficacia en la regulación o expulsión de
un bocado. A las 40 semanas él bebe es
capaz de coger una miga con presión en forma de pinza. El inquisitivo dedo
índice despliega gran actividad palpando y explorando. De este modo realiza
nuevos descubrimientos en el aspecto táctil de las cosas. En presencia de más
de un objeto, demuestra tener cierta conciencia de que son más de uno.
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