Los preescolares tienen mayor
conciencia del mundo que les rodea y de la presencia de Dios y quizá teman que
el vea todo lo que hacen. Un preescolar concibe que cada que vez que se cae
Dios lo empuja. Otros pueden adoptar una actitud más bien crítica respecto a
Dios y de su obra pues sienten que “Dios cometió un error cuando creó el
mosquito”. Ante la muerte adoptan una actitud relativamente positiva, parecen
reconocer vagamente el carácter último de la muerte y quizá hablen de ella como
el fin. La persona muerta es para él o ella una persona que carece de atributos
vivientes. No puede caminar, no puede ver, no puede oír. Le interesa la postura
del soldado que cae muerto; “cayo de
frente o de espaldas” y si se les dice que los muertos van al cielo, preguntan
porque no se cae. El principal interés de los preescolares se concentra en lo
que está aquí, los preescolares son definitivamente focales; están interesados
en el espacio que ocupan en forma inmediata, tienen escasa percepción de las
relaciones geográficas, sin embargo reconocen algunas señales. Pueden cruzar las
calles del barrio donde viven y les gusta cumplir encargos de la tienda más
próxima. Los preescolares siempre están listos y ansiosos por conocer realidades,
pero no se hayan dispuestos para la doble tarea de discernimiento que le simpone
lo excesivamente lógico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios