Las cuarenta semanas marcan el
comienzo del último cuarto del primer año. Los órganos más distantes del
centro del organismo empiezan a ser incorporados al sistema nervioso en
expansión; punta de la lengua, yemas de los dedos y dedos del pie. Durante el primer
cuarto; la boca y los ojos, en el segundo cuarto; la cabeza, el cuello y los
hombros, en el tercer cuarto; los brazos y las manos, en el último cuarto; las piernas, los dedos y los pies he ahí el orden general de avance de la
maduración neuromotriz de un bebe de cuarenta semanas y el inicio de su autonomía funcional. Las piernas ya sostienen
el peso total del cuerpo pero el equilibrio independiente no llegara hasta el
finalizar el año. El equilibrio en la posición sedente, sin embargo, es
perfectamente dominado. Estando sentado
el niño puede volverse de costado, inclinarse en ángulos variables para
recobrar el equilibrio tan pronto pasa
de la posición sedente a la inclinada, como de la inclinada a la sedente. Hallándose
inclinado, retrocede, se balancea o gatea. La prensión ostenta nuevos
refinamientos; el pulgar e índice revelan una movilidad y extensión
especializada para hurguetear, revolver y arrancar
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