Al observar la conducta del niño
hay que delimitar la conducta normal de la patológica pues la línea que las
separa es frágil. Las presiones de la vida y las exigencias de la sociedad
hacen perder el equilibrio de la conducta sin que por ello se caiga en una
personalidad patológica.
De manera subjetiva podemos
mencionar tres tipos de categorías de la conducta humana:
A.- Comportamiento reactivo: normal
B.- Comportamiento neurótico:
pasajero o patológico
C.- Comportamiento psicótico:
plenamente patológico
A.- Comportamiento reactivo
Se da el nombre de comportamiento
reactivo a las crisis normales por las que puede pasar el niño desde su
nacimiento como:
Ansiedad de los 8 meses. A esta
edad él bebe rechaza a personas extrañas estando o no la mama presente: llora,
grita, voltea la cabeza y oculta la cara.
Crisis de negativismo (de los 2 a 5
años). El niño se opone a todo y cuando se le niega algo sufre crisis y
rabietas con llanto, gritos, pataleo tiene escasa tolerancia a la frustración.
Fobias del preescolar. Se trata de
miedo a personajes reales (médicos, ancianos, vigilantes, desconocidos) o de la
fantasía (brujas, lobos, duendes) o determinadas circunstancias como la
obscuridad.
Conductas rituales del
escolar. De 7 a 11 años de edad el niño
siente impulsos de hacer actos o gestos fuera de lo común, absurdos, conductas
que desaparecen espontáneamente.
Otras crisis de desarrollo. La
ansiedad ante la separación del primer día de clases, el temor al cambio del ambiente familiar donde el niño
se siente querido y aceptado al ambiente escolar donde él o ella van a ser uno
de tantos sin ningún privilegio especial y donde todos son personas
desconocidas y extrañas para él o ella.
B.- Comportamiento neurótico
Cuando el comportamiento se agudiza
mayor tiempo de lo debido se puede calificar como comportamiento neurótico,
especialmente si se observan ciertas características conductuales como:
angustia, ansiedad, fobia, tics, eneuresis (orinarse por la noche en la cama)
pesadillas, terrores nocturnos, chuparse el dedo, hablar como bebe etcétera.
La neurosis puede afectar el
rendimiento escolar del niño y su fracaso escolar ante las expectativas propias
y de sus padres acentúan las características neuróticas generando un círculo
reaccional.
Así se pueden explicar los fracasos
escolares debidos a un trauma psicológico primario a las reacciones normales
que acompañan al aprendizaje. Es natural que un niño se dé cuenta de que no
puede leer como los otros, que se equivoca frecuentemente al tomar el dictado o
al redactar un escrito se sienta inseguro de sí mismo y reaccione con alguna de
las manifestaciones que describen una neurosis. Mientras más grave sea el
problema estos síntomas se agudizan más por ejemplo: un niño con gran problema
de aprendizaje a pesar de tener capacidad intelectual normal, sus
frustraciones frecuentes lo bloquean emocionalmente, constantemente da muestras
de rechazo, intolerancia, impulsividad, agresivo, rebelde o que no sienta
dolor.
C.- Comportamiento psicótico.
Generalmente el niño psicótico no
asiste a la escuela común porque su trastorno es tan acentuado que demanda
atención especializada antes de la etapa escolar. Algunos rasgos que pueden ser
indicio de tendencias psicóticas y que
si se pasan inadvertidas se pueden agravar:
Aislamiento: introspección
exagerada, pocos deseos de comunicarse,
falta de interés por lo que sucede a su alrededor.
Conducta autista: cuando el niño no
habla, no tiene deseos de comunicarse porque está encerrado en su mismo.
Autoagresividad: es el caso del
niño que se hace daño a sí mismo, se golpea en la cabeza, se rasguña, se
pellizca, se muerde.
Impulsividad o agresividad
repentina, sin una causa justificada aparente.
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