miércoles, 2 de abril de 2014

Autismo

Tras un diagnóstico de autismo la familia se encuentra en un proceso muy  doloroso que los expertos comparan con el proceso de duelo, en este caso duelo por la pérdida de un “niño normal”. Las etapas del duelo pasan por: shock y negación inicial, enfado, resentimiento, depresión y aceptación.
La crianza de un niño con autismo es todo un reto para los padres, los cuales, tras la aceptación del diagnóstico, deben empezar a desarrollar estrategias adaptativas que favorezcan el desarrollo de sus hijos y de la familia como un conjunto.
En este proceso no hay que olvidar el sentimiento de aislamiento que se produce entre los cuidadores, sobre todo aquel que ocupa el rol de cuidador principal, mayoritariamente las madres de niños con autismo.
Este aislamiento puede llevar a que el cuidador principal evite cualquier interacción social para evitar dicha estigmatización. También es frecuente que tenga mayores niveles de estrés y sobrecarga por la responsabilidad adquirida, lo que le expone a ser culpado o criticado cuando hay problemas con respecto a la crianza del pequeño.
En cualquier caso hay que ser positivos en los mensajes que se trasmiten, ya que con el tiempo, y con los apoyos necesarios, la familia desarrollará  estrategias de afrontamiento adecuadas y funcionales. La crianza de un niño con autismo o con una discapacidad en general, aporta aspectos importantes y enriquecedores a nivel personal y familiar, tal y cómo describen las familias.
Un estudio que exploró el proceso de criar a un niño con autismo aportó los siguientes hallazgos:
  • Los sentimientos iniciales tras un diagnóstico de autismo son similares a los de las etapas de un duelo pasando por el impacto inicial, la negación, el enfado, resentimiento, depresión y aceptación.
  • El estrés generado del cuidado de un niño con discapacidad va a afectar a los distintos componentes y relaciones familiares: pareja, hermanos y otros.
  • Uno de los cuidadores asume el rol de cuidador principal, asociándose el sentido de responsabilidad a un incremento del estrés.

2 comentarios:

  1. Todo eso es cierto, soy madre de un niño con autismo, tiene ya 11 años, se lo han diagnosticado desde el año y medio, no ha sido fácil, pero con amor y constancia todo se puede, recién encontré este espacio y veo con gusto que será de mucha utilidad para reforzar el desarrollo de mi hijo, les felicito

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  2. Hola Gaby; aprecio tan bello comentario, y efectivamente las virtudes de una madre guían con sabiduría a un pequeño. Saludos cordiales y bienvenida a este espacio

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