lunes, 8 de abril de 2013

Diferencias


El amor del hombre es más o menos una necesidad física; el amor de la mujer, no. Es algo más grande y más elevado, es una ex­periencia espiritual. Al hombre le gustaría tener a todas las mujeres del mun­do, y aun no estaría contento con ello. Su insatisfacción es infinita.
La mujer puede sentirse satisfecha con un amor, absolutamen­te satisfecha, porque no mira el cuerpo del hombre, mira sus cua­lidades más profundas. No se enamora de un hombre que tiene un hermoso cuerpo musculoso, se enamora de un hombre que tiene carisma -algo indefinible, pero inmensamente atractivo-, que es un misterio a explorar. No quiere que su hombre sea tan sólo un hombre, sino una aventura donde ambos incursionen en el descubrimiento de la conciencia, del Ser dos entidades separadas que paradojicamente unidas.

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