Muchos de los
conflictos que vive el adolescente, por no decir todos, sin excepción,
constituyen episodios absolutamente normales durante el desarrollo del
adolescente. Esta normalidad sin embargo no evita que los adolescentes vivan
esta etapa con incertidumbre y ansiedad. Así los brotes de emotividad, las
crisis internas, acompañados por los cambios físicos y hormonales propios de la
edad y es durante esta etapa cuando estas incidencias se ven reflejadas en el
rendimiento intelectual. Los maestros y profesores, sobre todo, saben
perfectamente que suele ocurrir en estas edades. Los alumnos que habían venido
trabajando con resultados más que excelentes demostrando un nivel óptimo de
inteligencia, de repente entran en una fase de desconcierto y retroceso, tienen
dificultades de comprensión y concentración en clases y para realizar las
tareas escolares en casa y todo ello se ve reflejado en las calificaciones, los
reportes, o las llamadas de atención.
Aunque
los conflictos que vive el adolescente constituyen episodios inevitables sucumben temporalmente a la incertidumbre y a la
ansiedad. Y es tal la exigencia del adulto que de una u otra manera reaccionan
poniendo en juego todos sus recursos cognitivos.
Es decir los
adolescentes de ambos sexos deberán poner en juego toda su capacidad
intelectual para afrontar y resolver los inevitables conflictos que conllevan
la adolescencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios