Mediante la represión la mente se divide. La parte que aceptas se vuelve el
consciente, y la parte que niegas se vuelve el inconsciente.
Esta división no es natural, tiene lugar debido
a la represión. Y en el inconsciente te dedicas a arreglar
toda la basura emocional... pero recuerda, todo lo que arrojes a tu inconsciente se convierte
más y más en una parte de ti: pasa a tus manos, a tus huesos, a tus latidos, a tus labios, a tus órganos.
El ochenta por ciento de las enfermedades
están causadas por emociones reprimidas: tantos fallos del corazón significan
que se ha reprimido mucha
ira en el corazón, tanto odio que queda envenenado.
No le tires a nadie encima tu ira. Pues será lo mismo que cuando tienes ganas de vomitar: no vas a vomitar sobre otro. La ira necesita un vómito, ¡vas al cuarto de baño y vomitas!
Depura todo el cuerpo... Si suprimes el vómito, será peligroso,
cuando hayas vomitado
te sentirás fresco, libres de peso, descargado,
libre, sano.
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