El amor no se parece a la
inconsciencia. Por lo general, cuando
estás enamorado, eres inconsciente.
Entonces es pasión, entonces es el denominador inferior, entonces es el
escalón más bajo de la escalera.
Evidentemente el amor es como una escalera y cuando estas enamorado te
encuentras en el escalón más bajo. Y en
el escalón más alto se encuentra una tremenda conciencia…ahí se encuentra el
verdadero amor a la otra persona, y si no puedes ser consciente en presencia de
aquel que amas ¿dónde vas a ser consciente?
Si la presencia de aquel que amas no es suficiente como para que seas
consciente, ¿en qué otra parte encontrarás el tesoro de la conciencia? Si amas a esa persona, si realmente la amas,
surge un clímax de conciencia. Gozas
simplemente mirándole, contemplando a tu amado, a quien amas; te gustaría ser
sólo una pura presencia. Y se ayudan
entre sí a ser más conscientes porque cuando uno se vuelve más consciente, de
inmediato eso se refleja en el otro. El otro se vuelve más consciente y eso se
convierte en una reacción en cadena.
Ascienden más y más alto y llega un momento en que nace el fruto. Ese fruto se llama “amor”. Y ofreces ese amor al maestro del mundo. Ningún otro fruto sirve,.…son conscientes y dan frutos.
Y en ese clímax de
conciencia son fértiles. Fuera de él, la
gente lleva vidas estériles. La gente
vive sin dar fruto, la gente lleva una vida estéril. Nada nace de ellos, simplemente viven y
mueren. Sus vidas son intrascendentes,
sin significado. La trascendencia surge
solamente cuando se convierten en un solo árbol y surge de el fruto del amor.
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