martes, 19 de junio de 2012

brechas y mas brechas


Hay que animar a los adolescentes a contárselo todo a sus pa­dres sin ningún miedo. Esto no sólo va a ayudar a los niños, tam­bién va a ayudar a los padres.
La verdad tiene una belleza propia; la honestidad tiene una be­lleza propia. Cuando los adolescentes se aproximan a sus padres con honestidad, verdad y sinceridad y simplemente abren sus co­razones, se desencadena algo en los padres que también abre sus corazones. Porque ellos también están cargados con muchas cosas que les gustaría decir pero no pueden. Su inconsciente lo prohíbe.
Pero si ellos ven que los adolescentes son completamente abier­tos y limpios, les ayudará también a ser abiertos y limpios. Y así se podrá abandonar las tantas veces discutida brecha generacional; se evaporará por si sola.
El problema más molesto es el sexo. Los niños deberían ser ca­paces de decir todo lo que les pasa por la mente sin necesidad de esconder nada, porque todo lo que está sucediendo en la mente es natural. Deberían pedir consejo a sus padres ‑¿qué podemos ha­cer?‑, están en un estado alterado y necesitan ayuda. Y ¿a quién pueden pedírsela si no a sus padres?
Esa es mi sugerencia: los adolescentes no deberían ocultar nada a sus pa­dres..., deberían ser absolutamente sinceros, solo así la brecha se evaporará. Y necesitamos que esa brecha se evapore, por­que ¿qué tipo de sociedad es ésta? Hay una brecha entre padres e hi­jos, hay una brecha entre marido y mujer, hay una brecha entre pro­fesores y alumnos. Sólo hay brechas y más brechas por todos lados.
Todo el mundo está rodeado por todo tipo de brechas, como si toda comunicación se hubiera interrumpido. Esto no es una socie­dad, porque no hay comunicación. Nadie puede decir lo correcto, todo el mundo está reprimido. Todo el mundo está reprimiendo sus deseos, todo el mundo está enfadado, todo el mundo se siente solo, frustrado. Hemos creado una gene­ración enfadada; hemos creado filosofías vacías de significado.
Y todo esto se debe a que los niños han perdido el contacto con sus padres. Los niños pueden hacer un trabajo tremendo. Tal vez los padres no sean capaces de ha­cerlo; están demasiado condicionados. Los adolescentes son jóve­nes y frescos; basta enseñarles a ser sinceros con sus padres abriendo sus corazones para escucharlos....observaras el tremendo cambio que se produce en su relación cotidiana.
            

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