Hay
que animar a los adolescentes a contárselo todo a sus padres sin ningún miedo.
Esto no sólo va a ayudar a los niños, también va a ayudar a los padres.
La
verdad tiene una belleza propia; la honestidad tiene una belleza propia.
Cuando los adolescentes se aproximan a sus padres con honestidad, verdad y
sinceridad y simplemente abren sus corazones, se desencadena algo en los
padres que también abre sus corazones. Porque ellos también están cargados con
muchas cosas que les gustaría decir pero no pueden. Su inconsciente lo prohíbe.
Pero
si ellos ven que los adolescentes son completamente abiertos y limpios, les
ayudará también a ser abiertos y limpios. Y así se podrá abandonar las tantas
veces discutida brecha generacional; se evaporará por si sola.
El
problema más molesto es el sexo. Los niños deberían ser capaces de decir todo
lo que les pasa por la mente sin necesidad de esconder nada, porque todo lo que
está sucediendo en la mente es natural. Deberían pedir consejo a sus padres ‑¿qué
podemos hacer?‑, están en un estado alterado y necesitan ayuda. Y ¿a quién
pueden pedírsela si no a sus padres?
Esa
es mi sugerencia: los adolescentes no deberían ocultar nada a sus padres...,
deberían ser absolutamente sinceros, solo así la brecha se evaporará. Y
necesitamos que esa brecha se evapore, porque ¿qué tipo de sociedad es ésta?
Hay una brecha entre padres e hijos, hay una brecha entre marido y mujer, hay
una brecha entre profesores y alumnos. Sólo hay brechas y más brechas por
todos lados.
Todo
el mundo está rodeado por todo tipo de brechas, como si toda comunicación se
hubiera interrumpido. Esto no es una sociedad, porque no hay comunicación.
Nadie puede decir lo correcto, todo el mundo está reprimido. Todo el mundo está
reprimiendo sus deseos, todo el mundo está enfadado, todo el mundo se siente
solo, frustrado. Hemos creado una generación enfadada; hemos creado filosofías
vacías de significado.
Y
todo esto se debe a que los niños han
perdido el contacto con sus
padres. Los niños pueden hacer un trabajo tremendo. Tal vez los padres no sean capaces de hacerlo; están demasiado
condicionados. Los adolescentes son jóvenes y frescos; basta enseñarles a ser
sinceros con sus padres abriendo sus corazones para escucharlos....observaras el
tremendo cambio que se produce en su relación cotidiana.
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