No encuentro las palabras exactas que me dicten como sucedió. Y si
quisiera hacer una reseña de ello estaría profanando lo más sagrado de mi alma:
“la divinidad de sentirlo y vivirlo en el ahora y en la frescura de la vida”.
Mi existencia nace a cada
instante, fresca como una gota de rocío, tan fresca como una hoja brotando en
la primavera. Es como si viera por
primera vez el cielo y el mundo que me rodea desplegándose serenamente.
Renazco día a día..... y hoy me uno al mundo entero para evocar a un hombre que vive en nuestros corazones de diferentes maneras.
En el mío…Jesús me ha mostrado el camino de la iluminación y la
serenidad del alma. Y religiosamente uno mi aliento a los millones de seres que somos tocados
por la divinidad de un solo hombre.
Solo soy una mujer que comparte lo glorioso que es sentirlo
y respirarlo. Pacientemente
me ha llevado de la mano para aprender a celebrar a DIOS quien me habita desde el día en que naci.
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