Si puedes evitar la seriedad, estarás fundiendo alegría en el corazón
del niño. Los niños son aplastados por la seriedad. Sin duda la gente mayor es
más seria y los niños son más risueños, y poco a poco les empiezan a imitar;
comienzan a sentir que su risa no está bien. Y la gente mayor crea la impresión
en sus mentes de que el ser serio, el estar tranquilo, el ser silencioso, es algo
bueno, virtuoso. Eso está equivocado, porque una vez que el niño pierde
contacto con la risa es muy difícil recuperarla y su infancia se va
desvaneciendo. Hacen falta muchas terapias, e incluso así es difícil recuperar
tu infancia. Se necesitan muchas religiones.
Si
a los niños se les permite ser naturales, reírse, divertirse, ser espontáneos,
no hace falta ninguna religión. Las personas por si solas serán religiosas como
una fuente de vida. Su vida será una adoración porque su risa se expandirá como
una oración.
En
el momento en que el niño deja de divertirse, la muerte ha hecho su aparición,
y hacia los tres años de edad el niño empieza a morir. Por eso, hasta en la
vejez la gente sigue recordando que la infancia era un Paraíso, que la infancia
era el cielo. Esa sensación de que has perdido algo continúa; has perdido el
jardín del Edén.
Por
eso, cuando hay niño en tu hogar, tienes el jardín del Edén a tu alrededor. No
le obligues a volverse serio. En vez de eso pierde tu seriedad cuando estés
con ellos. Ríe y sé un niño. Si eres capaz de inundar hogar de alegría manifestada
a través de la risa, estarás formando bellas personas y a futuro ellos también desprenderán
alegría.
Así
que…finca tu propio edén, contágiate de la inocencia infantil y permite a tus
hijos reír.
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