viernes, 24 de febrero de 2012

enseñales a reir


Si puedes evitar la serie­dad, estarás fundiendo alegría en el corazón del niño. Los niños son aplasta­dos por la seriedad. Sin duda la gente mayor es más seria y los niños son más risueños, y poco a poco les empiezan a imitar; comienzan a sentir que su risa no está bien. Y la gente mayor crea la impresión en sus mentes de que el ser serio, el estar tranquilo, el ser silencioso, es algo bueno, virtuoso. Eso está equivocado, porque una vez que el niño pierde contacto con la risa es muy difícil recupe­rarla y su infancia se va desvaneciendo. Hacen falta muchas terapias, e incluso así es difícil recuperar tu infancia. Se necesitan muchas religiones.
Si a los niños se les permite ser naturales, reírse, divertirse, ser espontáneos, no hace falta ninguna religión. Las personas por si solas serán religiosas como una fuente de vida. Su vida será una adoración porque su risa se expandirá como una oración.
En el momento en que el niño deja de divertirse, la muerte ha hecho su aparición, y hacia los tres años de edad el niño empieza a morir. Por eso, hasta en la vejez la gente sigue recordando que la infancia era un Paraíso, que la infancia era el cielo. Esa sensación de que has perdido algo continúa; has perdido el jardín del Edén.

Por eso, cuando hay niño en tu hogar, tienes el jardín del Edén a tu alrededor. No le obligues a volverse serio. En vez de eso pier­de tu seriedad cuando estés con ellos. Ríe y sé un niño. Si eres capaz de inundar hogar de alegría manifestada a través de la risa, estarás formando bellas personas y a futuro ellos también desprenderán alegría.  

Así que…finca tu propio edén, contágiate de la inocencia infantil y permite a tus hijos  reír

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