Nuevos refinamientos surgen en la mecánica de la
masticación y de la manipulación. Los labios demuestran mayor adaptación al acercarse
al borde de una taza y la lengua coopera con mayor eficacia en la regulación o
expulsión de un bocado.
Todavía se lleva cosas a la boca, pues la lengua contribuye mas a la
experiencia sensorio bucal que en la etapa anterior. Sin embargo la importancia
de la boca como órgano sensorio terminal ha empezado a disminuir. Ahora manifiesta
en cambio un marcado interés táctil y visual por los detalles pues posee
suficiente capacidad analítica para segregar detalles de un objeto, o
reaccionar de inmediato frente a los
detalles de dos objetos.
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