lunes, 1 de abril de 2013

Único!


Cuando iniciamos a trabajar, su cuerpo se perdía entre la silla y la mesa del consultorio. En pocas palabras su cuerpo me gritaba que en ese instante lo único que deseaba era desaparecer. Si desaparecer de este planeta.
Sus padres lo habían llevado hasta el consultorio, pues era reportado por la escuela como un adolescente antisocial y disperso, ante ello jamás me cansare de aseverar; los adultos colocamos grandes lozas de etiquetamientos tontos en las espaldas de otros, y no temo equivocarme de tal juicio.
Nos iniciamos en la terapia de las emociones. Nos aventuramos a mirarnos, a sentirnos, a permitir a su cuerpo salir gradualmente para expresarse. Y a la confianza entrar gradualmente en su corazón para expandirse. Así se inició un adolescente a despedir la timidez que asolaba cada paso que daba entre adultos.
Hoy es un vivaz joven que llega enfundando en un cuerpo seguro y cómodo, entre prendas obscuras y guantes de un negro único.
No solo dimos salida a la seguridad... la confianza lo envolvió a tal grado que habla, discute, opina, sugiere y es capaz de decir a un adulto que puede enfrentar cualquier reto que se cruce por su camino. Así de simple resulta el secreto del éxito en un joven que inicia a VIVIR.

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