La atención y el control del esquema
corporal en niños y niñas es fundamental
propiciarla a partir de los cuatro años. Solo requieres de una manta y un globo
para jugar con tu pequeño de la siguiente manera: colóquense frente a frente,
dale al niño dos extremos de la manta, toma los otros dos extremos y coloca un
globo sobre esa manta y ahora se trata de balancear ese globo para que no caiga.
El primer intento lo pueden hacer a un mismo nivel, para cuando el niño se haya
familiarizado con el juego pueden hacerlo a otro nivel e incluso pueden emplear
otro tipo de material como; periódico, mascadas, pelotas de distintos tamaños,
etcétera. Jugar unos minutos con el niño con esta propuesta le ayudas a
controlar todo su cuerpo y atender a esos pequeños detalles de la movilidad que
se propicie con un globo u otro material.
miércoles, 14 de junio de 2017
Psicomotricidad fina para escolares
La psicomotricidad en los escolares
se vuelve un tema fundamental a partir de los seis años sobre todo cuando de
escribir se trata. Te compartiré algunas recomendaciones para cuidar que la
escritura en niños y niñas vaya adquiriendo la habilidad necesaria. Para ello te
comparto las siguientes recomendaciones;
Tomate unos minutos al día para
llevar a niño a experimentar sus trazos en distintos materiales; hojas grandes,
pequeñas, de colores, duras, blandas lo importante es familiarizarlos con
distintos materiales para ubicar distintos espacios.
Acerca al niño recursos de distinto
tipo para escribir, la finalidad es identificar que le acomoda bien entre sus
dedos para ejecutar sus trazos para ello provéele de distintos lápices desde; crayolas,
lápices de colores, plumones, lapiceros, plumas lo importante es que el niño
tenga la experiencia de manejar distintos recursos pues a través de ello
decidirá con que escribe mejor.
Por ultimo llévalo a ubicarse en
el papel, es decir que el niño conozca el sentido de; arriba, abajo a un lado, al
centro, etcétera solo da la instrucción, guiándolo donde escribir y después
déjalo para que descubra, perciba y escriba en los espacios que desee. Para
cuando llegue el momento de la formalidad de la escritura los niños ya sabrán desplazarse
y ubicarse en un cuaderno escolar.
martes, 13 de junio de 2017
miércoles, 7 de junio de 2017
Saber disfrutar
Uno
de los valores que me parece puede enriquecer la vida de todos, es la capacidad
para saber disfrutar de los demás. ¿Cómo se enseña a los hijos a disfrutar de
los padres, a los padres a disfrutar de los hijos, a los hermanos a disfrutar
de las hermanas o las hermanas, de los hermanos? Un paso muy importante es
aprender a estar a gusto consigo mismo. ¿Sabes cómo disfrutar de tu persona?
¿Te agrada tu propia compañía cuando estas solo? Algunas personas se confunden en el sentido que
creen que estar a gusto con ellas mismas
las hace antisociales, como quien dice, si disfrutas de ti mismo, no podrás
disfrutar de los demás. A mí me parece todo lo contrario. Si no has aprendido a
sentirte a gusto con tu propia compañía, será que te preocupas indebidamente
pensando en lo negativa (o) que eres y tratando de encontrarte defectos. Así es
probable que resultes negativo para otros.
El
principio de la alegría del niño con su propia persona empieza cuando aprende a
disfrutar de partes de su cuerpo, sus manos, tocar, la sensación de su piel,
los colores y sonidos que lo rodean y especialmente el tono de su voz, aunado
al placer de mirar a su alrededor.
Puede
disfrutar lo que el produce, sus chapoteos, sus regueros y tiraderos. Ver que
los adultos disfrutan de su placer contribuye
en mucho a que sienta que la persona también es para disfrutarla. El goce es
cuestión de estética, relativamente hablando. Hacemos muy poco durante la
crianza normal de los niños para ayudarlos a disfrutar de su persona. Veo
tantas familias en donde la idea de criar a sus hijos y ser padres resulta una
experiencia formidable y llena de arduo trabajo, histeria y zozobra.
No
pienso que divertirse este reñido con ser competente. De hecho, no creo que uno
pueda ser realmente competente si no disfruta al mismo tiempo de lo que está
haciendo y sienta esa sensación de ligereza. Si todo lo que dice mamá o papá
tiene que tomarse con el supuesto peso de la sabiduría y el poder, existe poca
oportunidad para desarrollar el lado ameno de las cosas. Enfrentémoslo, el
simple hecho que los adultos se conviertan en maridos y padres, esposas y
madres no significa que deben convertirse en no personas. Solamente se han
transformado en gentes con nuevas
tareas. La familia enseña a los jóvenes como querer. ¿Alguna vez te has puesto
a pensar cual es la sensación de amar? Cuando yo la siento, se me aligera el
cuerpo, me aumenta la energía y da seguridad, me regocijo y ensancho, estoy sin
temor, confiada y segura. Tengo una mayor conciencia de mi propio valor. Existe
en mí un profundo conocimiento de las necesidades y deseos de la persona a
quien dirijo estos sentimientos. Mi impulso es buscar la forma de unir esas
necesidades y anhelos con los míos. Trato de no lastimar ni de imponerme al que
amo.
Basada
en mi experiencia respecto a la idea de lo que es el amor, encuentro que es un
elemento bien escaso en la mayoría de las familias. Oigo mucho acerca del dolor,
frustración, desempeño y coraje que los miembros de la familia sienten entre sí.
Se pasan tanto tiempo haciendo las cosas correctas y cumpliendo con sus tareas
que no hay tiempo para querer y disfrutar.
Ahora
demos un vistazo a la situación familiar desde el punto de vista del bebe.
Yo
en un tiempo fui bebe pero no recuerdo lo que sentí, a excepción de algunas
ráfagas de memoria, tal vez como Tú.
Voy
a intentar ponerme en el lugar de un bebe llamado Tito:
“Siento
que a veces me duele el cuerpo. Me molesta la espalda cuando me aprieta mi
ropita y cuando estoy demasiado rato en la misma posición. Me avisa el estómago
cuando tengo hambre y me duele cuando como demasiado. Si la luz me da
directamente en los ojos, me lástima porque no puedo mover la cabeza y en los
ratos que me ponen al sol, me quemo. Mi piel se acalora al estar envuelto y
otras veces se enfría por falta de ropa. Hay momentos en que me arden los ojos
y me aburro de tanto mirar el techo. Se me duerme el brazo cuando me acuestan
sobre él demasiado tiempo. Siento que tengo mis nalguitas y entrepiernas
irritados porque a veces me dejan con el pañal mojado mucho tiempo. Me dan
cólicos cuando me estriño. Si estoy en una corriente de aire me da escalofrió.
A
veces estoy tan quieto que mi cuerpo se siente seco e incómodo. Me duele cuando
el agua del baño está demasiado fría o caliente. Muchas manos me tocan. Me
duele que me aprieten. Siento que me manosean y apachurran. Algunas manos
parecen tenazas. Todas las manos me empujan, me jalan, me sostienen, otras son
fuertes y suaves.
No
creo que mi mama sepa cuando sus manos y su voz me lastiman. Creo que si lo
supiera trataría de cambiar. Parece tan distraída en ese momento. Cuando las
manos de mi mama me lastiman demasiado seguido y su voz continuamente es
desagradable empiezo a tenerle miedo. Al acercarse me pongo rígido y me echo
para atrás. Entonces se enoja o se siente ofendida. Ella cree que no la quiero,
pero en realidad es que le tengo miedo. Después oigo que mama y papa se pelean.
Indudablemente es por mi causa. A lo mejor no debí de haber llorado. Otras
veces es al revés.
Virginia Satir.
martes, 6 de junio de 2017
Suscribirse a:
Entradas (Atom)