viernes, 26 de mayo de 2017
miércoles, 24 de mayo de 2017
Control de esfinteres
El control de esfinteres
depende de un sistema anatomofisológico, sistema que únicamente tras un periodo
de maduración podrá funcionar y cuya utilización dependerá de normas
culturales.
La evacuación y retención
de orina están aseguradas por cuatro sistemas: dos sistemas de contención y otros
dos de expulsión.
El primer sistema de contención
garantiza el cierre permanente y estático de la vejiga mediante el esfínter
interno liso, independiente de la voluntad.
El segundo sistema de
contención es un refuerzo del primero por contracciones voluntarias, es el
esfínter externo estriado.
El primer sistema de
expulsión comporta un musculo liso cuya acción no depende de la voluntad y que
hace contraerse a la vejiga intermitentemente.
El segundo sistema de
expulsión pone en juego todos los músculos abdominales que pueden contraerse
voluntariamente provocando la contracción de la vejiga y demás vísceras.
La micción puede ser
automática o voluntaria. La automática depende de un centro medular enclavado
en la zona sacrolumbar que está unido a la vejiga por nervios motores y
sensitivos. Cuando la presión intravesical sobrepasa ciertos límites provoca la
estimulación del centro medular. Hay otros centros relacionados con la micción
en las regiones hipotalámicas. La micción voluntaria depende de la maduración
del sistema nervioso en general, no cabe considerarla desde un punto de vista
motor y sensitivo.
Etapas
En el recién nacido la
distención da paso a la expulsión. Los esfínteres estriados funcionaran tras el
adiestramiento que inicialmente permitirá la retención diurna y más tarde la
nocturna. Se presentan cuatro etapas en la maduración de esfínteres:
- Conciencia de repleción
- Posibilidad de retener
- Posibilidad de orinar cuando esté llena la vejiga
- Posibilidad de orinar aun no estando llena la vejiga.
El control de esfínteres
no es algo innato en sí, no es suficiente la existencia de un sistema
anatomofisológico propio. Es el resultado de la maduración del sistema y el entrenamiento necesario. El niño debe alcanzar una estrecha
asociación entre madurez nerviosa y logro del control de esfínteres.
Encopresis en los niños
La encopresis es un
problema de la regulación en la evacuación normalmente diurna e influye en la
defecación involuntaria, no hay que atribuirla a una enfermedad física.
La situación del encoprético
puede alterar la interrelacion con los padres y consecuentemente sentirse menos
valorado o incluso despreciado, también puede temer que sus compañeros de clase
le desprecien al enterarse de su situación lo cual aumenta su angustia. Como
puede ser que el niño no pueda rendir en clase como se espera de él o ella.
Etiología
Se deben tener presente
dos tipos de causas de la encopresis en el niño de tipo físico y de tipo psicológico. Entre el primer grupo
destacan la presencia de parásitos, dietas poco equilibradas e inmadurez de
tipo neurológico como el retraso mental. Igualmente el factor herencia puede
incluirse dentro de este grupo.
Entre las causas de tipo psicológico
esta la actividad permisiva, es decir al no existir un entrenamiento los niños
no aprenden a controlar.
Tratamiento
Los niños con encopresis
necesitan de un entrenamiento más que una psicoterapia propiamente dicha. Las técnicas
de entrenamiento son muy útiles en los casos de enconpresis continua. Es
interesante la utilización de refuerzos positivos unidos al acto de defecar y
sobre todo reforzar gradualmente las sucesivas aproximaciones a la defecación
por ejemplo; los gestos que se hacen para evacuar, quedarse en la nica un
momento para intentar defecar, lograr que defeque únicamente en la nica.
Si la encopresis se debe a
un conflicto emocional tal y como ocurre en muchos casos además se debe utilizar
las técnicas anteriormente descritas junto con la intervención psicoterapéutica
con los padres del niño.
Enuresis en el niño
La enuresis es la expulsión
de la orina de forma incontrolada y no intencionada que ocurre habitualmente
durante el sueño. El mojar la cama durante la noche es conocido también como
enuresis. Los especialistas sitúan entre los 22 y 24 meses el control diurno de
la vejiga en niños de inteligencia y educación normal y será hasta alrededor de
los tres años cuando el niño amanezca seco por las mañanas.
Un niño domina su vejiga
siguiendo pautas o acontecimientos; primero siente presión debido a la
distención de su vejiga llena, es como el episodio preliminar al orinar, sea
libremente, sea en los pantalones. Como también el niño avisa a la madre que
quiere orinar y la madre le acerca el orinal y es premiado con palabras de
satisfacción.
Por la noche el niño tiene
que aprender una secuencia más compleja puesto que su sistema debe de responder
mientras duerme de tal manera que cuando siente la presión de los músculos,
tiene que despertarse y después actuar de forma parecida a la explicada en el
párrafo anterior. Si la presión es suficientemente intensa el niño despertara y
satisfará sus necesidades solo o con ayuda de la madre.
Etiologia
Las causas de la enuresis
pueden ser de tipo físico y de tipo psicológico. Entre los primeros hay ciertos
niños que se presentan como más enureticos que otros, debido a una mayor
ingestión de líquidos. Entre las causas psicológicas más comunes podemos
considerar las siguientes;
- Preocupación exagerada por parte de los padres para que el niño consiga el control temprano de la vejiga.
- Forzarle a controlar la vejiga antes de los 24 meses.
- Tensión emocional o ansiedad asociada a los mecanismos esfinterianos carentes de una madurez suficiente para controlar.
- Exceso de sobreprotección que lleva al niño a depender de los padres.
- Llamar la atención de los padres.
- Medio ambiente desfavorable en el hogar.
- El nacimiento de otro hermano.
Diagnostico
En primer lugar conviene
considerar si el niño tiene la edad suficiente para controlar esfínteres. En
segundo lugar conviene analizar la historia de la familia y sobre todo
identificar su existen conductas fóbicas.
Al iniciar el control
normal de la orina durante el día y solo pasando un tiempo se consigue el
control nocturno.
En resumen los pasos óptimos
a seguir podrían ser los siguientes:
- Que el niño descubra la sensación de orinar en un ambiente libre que no le provoque tensión
- Darle cantidad suficiente de líquidos para poner en practica la destreza de controlar la orina.
- Darle al niño las instrucciones precisas para orinar
- Detectar y continuar entrenando al niño cuando sufra accidentes
- Prestar atención a las posibles recaídas.
martes, 23 de mayo de 2017
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