miércoles, 24 de mayo de 2017

Control de esfinteres

El control de esfinteres depende de un sistema anatomofisológico, sistema que únicamente tras un periodo de maduración podrá funcionar y cuya utilización dependerá de normas culturales.
La evacuación y retención de orina están aseguradas por cuatro sistemas: dos sistemas de contención y otros dos de expulsión.
El primer sistema de contención garantiza el cierre permanente y estático de la vejiga mediante el esfínter interno liso, independiente de la voluntad.
El segundo sistema de contención es un refuerzo del primero por contracciones voluntarias, es el esfínter externo estriado.
El primer sistema de expulsión comporta un musculo liso cuya acción no depende de la voluntad y que hace contraerse a la vejiga intermitentemente.
El segundo sistema de expulsión pone en juego todos los músculos abdominales que pueden contraerse voluntariamente provocando la contracción de la vejiga y demás vísceras.
La micción puede ser automática o voluntaria. La automática depende de un centro medular enclavado en la zona sacrolumbar que está unido a la vejiga por nervios motores y sensitivos. Cuando la presión intravesical sobrepasa ciertos límites provoca la estimulación del centro medular. Hay otros centros relacionados con la micción en las regiones hipotalámicas. La micción voluntaria depende de la maduración del sistema nervioso en general, no cabe considerarla desde un punto de vista motor y sensitivo.
Etapas
En el recién nacido la distención da paso a la expulsión. Los esfínteres estriados funcionaran tras el adiestramiento que inicialmente permitirá la retención diurna y más tarde la nocturna. Se presentan cuatro etapas en la maduración de esfínteres:
  • Conciencia de repleción
  • Posibilidad de retener
  • Posibilidad de orinar cuando esté llena la vejiga
  • Posibilidad de orinar aun no estando llena la  vejiga.
El control de esfínteres no es algo innato en sí, no es suficiente la existencia de un sistema anatomofisológico propio. Es el resultado de la maduración del sistema y el entrenamiento necesario. El niño debe alcanzar una estrecha asociación entre madurez nerviosa y logro del control de esfínteres.

Encopresis en los niños

La encopresis es un problema de la regulación en la evacuación normalmente diurna e influye en la defecación involuntaria, no hay que atribuirla a una enfermedad física.
La situación del encoprético puede alterar la interrelacion con los padres y consecuentemente sentirse menos valorado o incluso despreciado, también puede temer que sus compañeros de clase le desprecien al enterarse de su situación lo cual aumenta su angustia. Como puede ser que el niño no pueda rendir en clase  como se espera de él o ella.
Etiología
Se deben tener presente dos tipos de causas de la encopresis en el niño de tipo físico y de tipo psicológico. Entre el primer grupo destacan la presencia de parásitos, dietas poco equilibradas e inmadurez de tipo neurológico como el retraso mental. Igualmente el factor herencia puede incluirse dentro de este grupo.
Entre las causas de tipo psicológico esta la actividad permisiva, es decir al no existir un entrenamiento los niños no aprenden a controlar.
Tratamiento
Los niños con encopresis necesitan de un entrenamiento más que una psicoterapia propiamente dicha. Las técnicas de entrenamiento son muy útiles en los casos de enconpresis continua. Es interesante la utilización de refuerzos positivos unidos al acto de defecar y sobre todo reforzar gradualmente las sucesivas aproximaciones a la defecación por ejemplo; los gestos que se hacen para evacuar, quedarse en la nica un momento para intentar defecar, lograr que defeque únicamente en la nica.
Si la encopresis se debe a un conflicto emocional tal y como ocurre en muchos casos además se debe utilizar las técnicas anteriormente descritas junto con la intervención psicoterapéutica con los padres del niño.

Enuresis en el niño

La enuresis es la expulsión de la orina  de forma incontrolada  y no intencionada que ocurre habitualmente durante el sueño. El mojar la cama durante la noche es conocido también como enuresis. Los especialistas sitúan entre los 22 y 24 meses el control diurno de la vejiga en niños de inteligencia y educación normal y será hasta alrededor de los tres años cuando el niño amanezca seco por las mañanas.
Un niño domina su vejiga siguiendo pautas o acontecimientos; primero siente presión debido a la distención de su vejiga llena, es como el episodio preliminar al orinar, sea libremente, sea en los pantalones. Como también el niño avisa a la madre que quiere orinar y la madre le acerca el orinal y es premiado con palabras de satisfacción.
Por la noche el niño tiene que aprender una secuencia más compleja puesto que su sistema debe de responder mientras duerme de tal manera que cuando siente la presión de los músculos, tiene que despertarse y después actuar de forma parecida a la explicada en el párrafo anterior. Si la presión es suficientemente intensa el niño despertara y satisfará sus necesidades solo o con ayuda de la madre.
Etiologia
Las causas de la enuresis pueden ser de tipo físico y de tipo psicológico. Entre los primeros hay ciertos niños que se presentan como más enureticos que otros, debido a una mayor ingestión de líquidos. Entre las causas psicológicas más comunes podemos considerar las siguientes;
  • Preocupación exagerada por parte de los padres para que el niño consiga el control temprano de la vejiga.
  • Forzarle a controlar la vejiga antes de los 24 meses.
  • Tensión emocional o ansiedad asociada a los mecanismos esfinterianos carentes de una madurez suficiente para controlar.
  • Exceso de sobreprotección que lleva al niño a depender de los padres.
  • Llamar la atención de los padres.
  • Medio ambiente desfavorable en el hogar.
  • El nacimiento de otro hermano. 
En general cualquier situación que genere ansiedad puede ser causa de enuresis en el niño.
Diagnostico
En primer lugar conviene considerar si el niño tiene la edad suficiente para controlar esfínteres. En segundo lugar conviene analizar la historia de la familia y sobre todo identificar su existen conductas fóbicas.
Al iniciar el control normal de la orina durante el día y solo pasando un tiempo se consigue el control nocturno.
En resumen los pasos óptimos a seguir podrían ser los siguientes:
  • Que el niño descubra la sensación de orinar en un ambiente libre que no le provoque tensión
  • Darle cantidad suficiente de líquidos para  poner en practica la destreza de controlar la orina.
  • Darle al  niño las instrucciones precisas para orinar
  • Detectar y continuar entrenando al niño cuando sufra accidentes
  • Prestar atención a las posibles recaídas.