miércoles, 19 de abril de 2017

Recomendaciones para el retorno a clases




Inicia la preparación de la rutina escolar con varios días de anticipación, dos o tres días previos bastarán para recordar a los niños sus compromisos escolares.





  • Coloca un pizarrón al alcance del niño para que escriba ahí sus pendientes escolares como; tareas, revisión de la mochila, los días que le quedan de vacacionar, los días que faltan para ir a la escuela, etcétera.
  • Asigna tareas al niño de tipo escolar como levantarse más temprano, ayudarle a registrar en el pizarrón sus pendientes escolares, indagar que le gustaría hacer en los días que le quedan de descanso, salir de compras escolares.
  • Hagan un repaso de lo aprendido en la escuela mediante breves recordatorios con  postit, solo toma una de las libretas del niño anota en varios postit los conceptos básicos que te parezca más importantes, colócalos al alcance del niño en secuencia para ser recordados, al día siguiente vuelve hacer lo mismo con otra asignatura.
  • Para los más pequeños realicen una visita a su escuela  para que el niño o la niña te  charle donde está su salón, como se llaman sus amigos, cual es el nombre de su maestra, donde juega, etcétera.
  • Procura tener preparados los enceres escolares con suficiente anticipación como; uniformes, mochila, artículos escolares, etcétera.
  • Envía a dormir a los niños como si estuvieran yendo a la escuela con dos o tres días de anticipación para adaptarse al nuevo horario evitando que durante el  retorno a clases se levanten somnolientos o de mal humor.
  • Procura que el desayuno sea especial sobre todo el primer día de clases para animar a los pequeños en sus responsabilidades escolares.
  • ¡No lleguen tarde a la escuela el primer día de clases¡ justo este retorno a clases es para tener un recordatorio de lo importante que es la puntualidad. Si el niño no te ve correr para llegar a tiempo a la escuela le estarás enviando mensajes del cómo ser puntual.

Mensajes especiales

Enviar a los niños con un pequeño mensaje, de vez en cuando entre sus cuadernos, será como dejarles buenas vibras que eleven su autoestima.

Cuatro motivos a cultivar


Retorno a clases


Noción corporal


miércoles, 12 de abril de 2017

Los cambios de humor en los niños

El llamado mal humor es la persistencia de un sentimiento vago de insatisfacción del niño en relación con algo. Los niños cambian de humor más frecuentemente que los adultos, el niño da con más facilidad rienda suelta a sus sentimiento puede estar riendo a carcajadas y precipitarse poco después en angustia y llanto. En otras palabras el buen humor o mal humor son rasgos persistentes en el carácter en el adulto, en cambio en el niño son situaciones que dependen de diversas circunstancias y se manifiestan como emociones de forma diversa.
Los cambios de humor pueden deberse a un conjunto de factores de tipo físico y psíquico. Entre los primeros pueden considerarse el cansancio, insomnio y todos aquellos factores que pueden crear un malestar físico en el niño: las glándulas de secreción interna, especialmente en la pubertad, pueden ser factores de cambios de humor. Los factores de tipo psíquico puede considerarse el hecho de que el niño tenga un control deficiente de sí mismo y del mundo que le rodea, lo cual implica que no sabe cómo controlar sus sentimientos ante factores de tipo externo vividos como amenazantes o frustrantes. El cambio de humor es muy frecuente en los niños sobre todo en los adolescentes por lo que no se debe considerar como un problema que exija de un tratamiento a menos que sean vividos como un conflicto entre los padres y el niño, lo cual repercutiría en el niño.


El mal humor llega a presentarse en tres estados;
  1. Cambio de humor normal: tiene una causa directa, es de corta dirección y generalmente moderado puede presentarse con cierta intensidad pero dura poco tiempo.
  2. Presencia de síntomas de mal humor: se presenta hasta cierto punto como intolerable para el niño pero es corto y los síntomas no son duraderos.
  3. Presencia grave del mal humor: puede llegar a ser un componente persistente en la personalidad del niño. Los principales síntomas son: dura largo tiempo, días e incluso semanas, se observa presencia de hiperactividad que desemboca en agresividad, manifestaciones de fobias, miedos y en casos extremos el niño puede quedarse paralizado debido a su estado emocional.
El tratamiento dependerá de la valoración realizada mediante un diagnóstico:
  1. Para los cambios de humor normales. Dejando transcurrir unas horas e incluso días por lo general el cambio de humor desaparecen y el equilibrio en el niño se restablece.
  2. Ante la presencia leve del mal humor lo principal por hacer es analizar la presencia de causas externas que estén provocando el mal humor en el niño y actuar sobre ellas. En segundo lugar es necesario analizar el contexto familiar – escolar del niño y detectar posibles generadores de stress o ansiedad, si se detectan las situaciones que provocan el mal humor del niño deberá intentarse una modificación del contexto provocador y de no ser posible deberá alejarse al niño del ambiente que lo provoca.
  3. Si los síntomas son de gravedad será necesaria una terapia de apoyo para tratarse al niño según el predominio de los síntomas como a un niño agresivo, depresivo, aislado o ansioso, según lo que predomine en su mal humor.

Alegría!