miércoles, 3 de junio de 2015
Responsabilidad en los hijos
Los padres en
general esperan o desean que sus hijos sean responsables con sus obligaciones
cotidianas y cuando logran ciertos
grados de ella en sus hijos, por mínimos que estos sean, resultan una gran
satisfacción para ellos. Sobre todo cuando mira que él niño se responsabiliza por sí mismo
para levantarse temprano, asear su recamara, organizar sus pertenencias, atender la
escuela, etcétera. En síntesis la responsabilidad se convierte en una virtud familiar.
Pero siendo la
responsabilidad una virtud tan buscada por los padres en ocasiones suele ser desvirtuada.
Y para adentrarme en ello iniciare por definir responsabilidad. La
responsabilidad es la capacidad para responder a tu Ser. Si, para mí eso es responsabilidad. Ser capaz
de responsabilizarte de tu persona, de tu estado emocional, tu organismo. De
alimentar religiosamente cada don otorgado a tu mente, cuerpo y alma lo cual se
traduce en la capacidad de responder y responsabilizarte por ellos, por tus
dones. Teniendo contigo todo este cumulo
de virtudes obviamente que no hay necesidad de enseñar al niño como ser
responsable pues el niño se alimenta por si solo de tan nutritivas acciones
intangibles. Tus dones por si solos fluyen hacia tus hijos.
Sin embargo cuando los
padres se percatan que dicha virtud está ausente en casa sobre todo al mirar que el niño pierde los suéteres en la escuela, no copia la tarea, se
distrae constantemente, su cuarto es un caos
entonces buscan de inmediato la responsabilidad por todos lados para
darle al niño grandes cucharadas de ella. Pero no funciona pues la
responsabilidad no es una cuestión orgánica, mucho menos mecánica, como tampoco brota de la noche a la mañana. La responsabilidad como
lo aborde al principio, es una virtud que se cultiva paciente y sabiamente en ti para fluir hacia tus hijos. Si se carece de ella se desencadena una serie de
atropellos emocionales entre los integrantes de la familia y lo puedes observar
cuando de disciplinar a los niños se trata. Por ejemplo cuando das una indicación
o una tarea al niño esta irá acompañada de tu estado anímico, si estas de
buenas obvio que la indicación saldrá natural, pero si estas de malas la
indicación saldrá acompañada de una explosión de emociones y el niño siendo tan
inteligente emocionalmente sabrá perfectamente cuando una indicación tuya debe
ser atendida o puede vulnerarla. Es decir; -si mama esta
de buenas nos dará permiso-, -pero si esta de malas mejor nos escondemos- Así
piensan los niños, aprovechan tus cambios de humor para evadir las responsabilidades
que les delegas. Tal inestabilidad de
toma de decisiones por un lado no cimienta la
responsabilidad en el niño y por otro lado no te habita pues
no eres consiente de lo que dices a tu hijo o hija y ellos estando en una edad
de total apertura y sensibilidad emocional captan todo tipo de fragilidad en ti. Cuando pregunto
a un padre como delega las tareas a sus hijos casi siempre me dicen; -le hablo
fuerte porque solo así me obedecen-. Otros me dicen; -a la que no obedecen es a su
mama-. Pero algunas madres me dicen; -soy a la única que obedecen en casa, pues su
papa es un consentidor-. Incluso hay madres que expresan; -pues por más que le
hablo no me hace caso-.
Observas como
son de inestables los roles de los padres lo cual genera tremendas desigualdades y todo
porque no se pertenecen, no son
responsables de si mismos. Y no pienses que es una cuestión de ponerse de acuerdo entre ambos pues muchas veces es el argumento del porque el niño no es responsable pero cuando
un padre o una madre asume las riendas de la responsabilidad los niños se percatan
de ello y reaccionan pues observan la capacidad de confianza y
decisión de quien dio ese gran paso emocional. Entonces la responsabilidad empieza a
florecer primero en ti, después en los hijos y finalmente en toda la familia y no es una cuestión de tiempo, aun cuando los hijos hayan partido siempre que miran a un
padre o una madre responsable entran en sintonía con ellos. Ser responsable por ti, en
primera instancia asegura la estabilidad emocional en tu hijo y la tuya. Tal vez esta sea la tarea más difícil para una familia y el
que hacer no reside en reflexionar, cambiar o animarse para hacerlo la verdadera
tarea reside en responsabilizarte de ti como ya lo he abordado, sin que nadie te obligue o te diga que hacer,
que no hacer, simplemente date cuenta de que estás haciendo con tus hijos para
que sean responsables, ese solo acto ya es responsabilidad.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Un instrumento para fortalecer las matemáticas; Regletas Cuisinaire
En el camino de la formación matemática en niños de dos a seis años siempre
es recomendable iniciarlos de manera sencilla y práctica a concebir los
conceptos lógicos pues serán la plataforma de los esquemas mentales. Las regletas
cuisinaire permiten al niño comprender de manera formal las relaciones que se
establecen entre entidades abstractas, es decir las llamadas matemáticas. Ahora
bien, para formalizar dicho aprendizaje es recomendable que te dotes a temprana
edad de tu hijo o hija (dos años) de una caja de regletas. Dicho material lo puedes adquirir en tiendas
donde vendan material didáctico, por internet e incluso en librerías exhiben
regletas cuisinaire.
Te quiero aclarar que adquirir las regletas cuisinaire conlleva riesgos, sea
que las compres por comprar y te olvides de ellas porque no comprendiste como
emplearlas o bien no te diste un tiempo para enseñar al niño a emplearlas o quizá
fue pasajero el deseo de estimular el pensamiento de niño. Cualesquiera que sean
los riesgos que enfrentes para usar las regletas no te desanimo para comprarlas,
por el contrario te alerto lo que puede llegar a suceder si haces una compra solo
por comprar. Pero si estas dispuesta a preparar al peque a temprana edad en sus
futuras matemáticas o incluso si te percatas
que el niño ya tiene seis años o más y
le cuesta muchísimo comprender las matemáticas pues esta es una excelente
opción para contribuir con él en esta transición mental, así que te animo a
comprarlas a la brevedad para evitarte desgastes innecesarios al mirar que a tu hijo se le dificulta comprender conceptos abstractos, solo sigue las siguientes
recomendaciones que te comparto.
- Inicia por prepararte para comprender el empleo de las regletas, para posteriormente enseñarlas al niño, aquí te dejo un documento que me pareció excelente del como explica el uso de las regletas en niños de preescolar o primaria.
- Compra tu caja de regletas y familiarízate con ellas, te comparto que las regletas solo son los números en colores y para tener dominado el concepto apréndete los números convertidos en colores para enseñarlos a tu hijo.
- Si el niño se encuentra en sus primeros añitos emplea las regletas de manera dosificada con él, es decir una vez por semana. Solo dale un montoncito de ellas para que las mire, sienta, separe, apile, forme tu papel con el niño a esta edad será enseñarle los colores de ellas, clasificarlas, formarlas por tamaños, hacer correspondencias entre ellas, establecer diferencias, cual es la más alta, la más corta, cuanta son, etcétera actuaciones básicas para el empleo de las regletas durante los primeros tres años. Después de los cuatro años en adelante ya es viable iniciar al niño a aprender el uso formal de las regletas es decir los números en colores y para ello te sugiero que sigas el documento que te he dejado.
- Aun cuando las regletas son un instrumento para hacer cálculos matemáticos es recomendable que no las emplees indefinidamente, pues lo que buscan es llevar al niño a hacer reflexiones mentales por lo que una vez que el niño tiene comprendido el empleo de las operaciones básicas como la suma, la resta, la multiplicación o la división es vital que las vayas retirando gradualmente.
- Por ultimo emplea una sesión semanal con las regletas fuera de toda tarea o clase escolar, como parte de un programa de reforzamiento mental a tu hijo y para ello establece tu propia rutina de conceptos matemáticos para enseñar al niño a pensar abstractamente.
lunes, 11 de mayo de 2015
El nombre del niño
La niña se llama; Dana Paola y tiene un año |
La carga
afectiva que posee del nombre del niño tiene una tremenda significación para él,
no solo para el aprendizaje de la escritura, sino también para el
descubrimiento de sí mismo. Por ello es importante iniciar al niño a temprana
edad, uno o dos años, a familiarizarlo con su nombre. Quizá te sorprenda pues
pensaras que será como forzar su mente, obligarlo a escribir o memorizar pero
no es así, todo dependerá de cómo lleves al niño a tener este a ese primer
contacto, por un lado con el descubrimiento de sí mismo y por otro con el acercamiento hacia la
escritura. Valiéndote de una foto del niño, lápiz y papel muéstrale quien está
en la foto, a la vez que escribes su nombre, únicamente su nombre sin apellidos.
Cuida que tu escritura sea legible, y una vez terminado de escribir el nombre
del niño, dile que escriba su nombre, déjalo que haga garabatos sobre su propio
nombre si asi lo desea. Repite el acto de escribir el nombre varias veces a la
par que se lo lees al niño. Si al terminar este encuentro, el niño y la
escritura, dejas la foto del niño con su nombre al alcance de su mirada, se identificara en primera instancia con él y en segundo momento con su
nombre. Durante el resto de la semana
puedes realizar lo mismo solo que ahora cambia la foto y vuelve a escribir el
nombre del niño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)