martes, 26 de noviembre de 2013
Girando la cabecita
Ayúdale al bebe a
girar su cabeza para iniciarlo a fortalecer los músculos del cuello. Solo se
trata de colocar a un lado del bebecito una cajita musical con la intención de voltear a mirarla, y
cuando finalice la música, vuelve a preparar la cajita musical y colócala al
otro lado del bebe. Un solo artefacto colocado estratégicamente cerca del bebe
estimula los músculos del cuello y prepara su cabecita para
sostenerla.
lunes, 25 de noviembre de 2013
¿Para que sirven los hermanitos?
Dijo la nena:
"Mis padres a veces quieren salir y quieren que me quede con mi
hermanito a cuidarlo. La psicóloga me dijo que hay que respetar los
roles."
Tiene razón la nena, de quince años aproximadamente, ojos vivaces,
pantalones ajustados y rotos, deshilachados, hablando a mil por hora.
Tiene razón, cada uno en su rol.
Pero pensemos un instante. Sospecho que la madre no le dijo que
amamante al nene ni que le lave la ropita y menos que se la planche y
seguramente le dejó preparada la mamadera o la papilla.
De modo que no le tocaba cumplir el rol de madre, se le pedía que
cumpliera con el rol de hermana mayor. Que para eso son hermanos. ¿O son
hermanos únicamente cuando ella quiere jugar con el nene y divertirse con él en
momentos de aburrimiento o cuando fallan los amigos?
¿Qué es un hermano? ¿Para qué sirve un hermano? Cualquiera que sea la
respuesta tendrá que decirse que hermano, hijo, padre, tío, vecino es una
relación. No es una situación de uno solo. Uno no puede ser hermano a menos que
tenga a otro que sea a su vez su hermano.
Y toda relación es un conjunto de fluencias, confianzas, límites y
libertades entre unos y otros, o no es nada.
El tipo de hijo no se elige, como tampoco se elige, por cierto, el
tipo de padre. Pero la relación se elige. Cómo me voy a comportar con eso que
he engendrado ya es un problema y hay que elegir.
De manera que le dije a la niña:
—No se te pide que seas madre ni que seas padre; se te pide que seas la
hermana que eres. Es tu deber
Escuchó la palabra deber y los ojos se le oscurecieron, la boca
se le abrió y me miró como a un monstruo, un protodinosaurio.
—¿Deber? Cómo puedes hablar de deber. ¿Qué deber? ¡Eso es quitar la
libertad!
Había pronunciado una palabra terrible, imperdonable: Deber.
Me olvidé de que no figuraba ya en el diccionario de los seres humanos
posmodernos.
—¿Cómo pude haber cometido torpeza tan grande? —me reprochaba.
Sonreí. Pero creo que no me salió la sonrisa pertinente. Le dije:
—Mira, flaca...
Para ponerme a tono, para hacerme amiga de ella, para que me perdonara
la vida.
Finalmente me cansé, de mis teatros, de mis miedos, de mis
vacilaciones y reflexioné que debería ser consecuente y arriesgar la vida si
fuera necesario, pero decirle la verdad, toda la verdad o al menos una parte
de ella. Y la verdad es que vive en una relación donde se generan compromisos
aunque se detesten, la verdad de la convivencia tiene su costo y sus
alternativas son limitadas o acepta a cuidar al nene o enfrenta los conflictos
con los padres.
viernes, 22 de noviembre de 2013
Recomendaciones para dar de comer al niño
Dar de comer al niño en algunas ocasiones se convierte en una faena desgastante entre
niños y padres y para evitar este tipo de situaciones sugiero sigas las siguientes recomendaciones;
Llámalo a comer cuando este servida su comida y no cometas el error de
llamarlo cuando aun no está servida pues solo abres un preámbulo de
expectativas como: que comerá, le gustara, será mucho o poquito, lo regañaran, etc. expectativas que bloquean el momento de comer.
Lo atractivo de un platillo invita a cualquiera a degustarlo, y si
es sopa, alimento que regularmente rechaza un niño o las clásicas verduras, solo acompáñalo con una
carita feliz hecha con pan, tortilla e incluso una verdura, en sintesis la creatividad motiva a cualquiera.
Otra sugerencia reside en erradicar verbalizaciones innecesarias como; comete toda la sopa, no dejes nada en el plato, etc. argumentaciones que
solo condicionan la mente de un pequeñito llevándolo a odiar a la sopa. Si dejo sopa, quizá al otro día le sirvas un poquitito para que se percate que
por si solo se comió la sopa sin que lo
regañaran.
En conclusión el conflicto se acaba cuando se entiende la forma de comer de un
niño.
Masajear la cabecita
Masajear
la cabecita del bebe es un acto realmente agradable para el recién nacidito,
sobre todo después de haber hechos grandes esfuerzos para atravesar un profundo
canal para nacer (parto natural) o bien para recuperarse del momento en que lo
extrajeron por la cabecita (cesarea) cualquiera que haya sido la forma de
nacimiento conviene masajear su cabecita regularmente. Con ambas manos utilizando
las yemas de los dedos, efectúa el masaje circular sobre la cabeza, ejerciendo
ligera presión, recorriendo toda la cabeza ve dando suavemente pequeños
golpecitos con las yemas como si cayeran gotitas de agua o como si se tocaras
el piano delicadamente sobre su cabeza, procura cubrir toda la cabeza
incluyendo la frente y la región lateral hasta sus oídos.
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