Dar de comer al niño en algunas ocasiones se convierte en una faena desgastante entre
niños y padres y para evitar este tipo de situaciones sugiero sigas las siguientes recomendaciones;
Llámalo a comer cuando este servida su comida y no cometas el error de
llamarlo cuando aun no está servida pues solo abres un preámbulo de
expectativas como: que comerá, le gustara, será mucho o poquito, lo regañaran, etc. expectativas que bloquean el momento de comer.
Lo atractivo de un platillo invita a cualquiera a degustarlo, y si
es sopa, alimento que regularmente rechaza un niño o las clásicas verduras, solo acompáñalo con una
carita feliz hecha con pan, tortilla e incluso una verdura, en sintesis la creatividad motiva a cualquiera.
Otra sugerencia reside en erradicar verbalizaciones innecesarias como; comete toda la sopa, no dejes nada en el plato, etc. argumentaciones que
solo condicionan la mente de un pequeñito llevándolo a odiar a la sopa. Si dejo sopa, quizá al otro día le sirvas un poquitito para que se percate que
por si solo se comió la sopa sin que lo
regañaran.
En conclusión el conflicto se acaba cuando se entiende la forma de comer de un
niño.
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