lunes, 11 de noviembre de 2013
¿y si nos equivocamos?
—¿Y si nos equivocamos? —preguntan a menudo los padres, perplejos,
temerosos, cuando se los invita a ser padres
con el adolescente.
Esa interrogante parecería justificar la parálisis de muchos que
persisten en el miedo a los hijos. Se escudan finamente detrás de esa reflexión
sutil:
—¿Y si nos equivocamos? —Así dicen y con ello creen que el tema concluye,
y que cada cual se va por su lado.
Mi respuesta:
—También para eso estamos, colegas padres, madres, para equivocarnos. Y no es una eventualidad
correspondiente al ser padre o madre, sino que es la savia elemental de la vida
humana. Vivir es acertar a veces y equivocarse otras. No habría divorcios de
parejas si no hubiera gente que se equivocó. Y no obstante no podían saberlo
antes de equivocarse.
Otros tal vez se casaron con incertidumbres, con miedos, y luego
resultó ser que no se equivocaron, y viven juntos hasta el final de sus días.
Como seres humanos, como padres, no nos queda otra opción que actuar.
Claro que no a tontas y locas actuaciones, sino con saber, con reflexión, y
sobre todo con autenticidad.
Un padre que se equivoca frente a sus hijos, lo hace desde su más
íntima convicción, lejos de obtener repulsa, será amado y respetado por sus
hijos.
La perpetua caricia —¡ahí no se equivoque!— no engendra perpetuo
amor.
La autoridad funciona de persona a persona. Es diálogo, es
confrontación, es libertad de los interlocutores, de cada uno, y cada uno
decide lo suyo.
El autoritarismo es lo menos deseado, por cierto. Pero en el miedo al
autoritarismo hay padres que se paralizan y no se atreven a intervenir en la
vida de los hijos cuando éstos corren peligros de diversa índole, sobre todo
los peligros morales y psíquicos, peligros de la evolución en cuanto persona.
Una mala compañía es un peligro para tu hijo, el adolescente. Es tu
deber intervenir. Procura dialogar, no castigar. Pero no te quedes de brazos
cruzados, mirando el panorama desde el puente, pensando:
—Es su vida, es libre, es su elección...
Eso no es respetarlo, es dejarlo solo, abandonado.
El amor interviene, procura modificar rumbos que considera erróneos,
grita, protesta, exige. Somos recíprocamente responsables
los unos por los otros. Ese es el sentido básico, elemental, del amor.
Para eso estamos los padres. O si no, ¿para qué estamosjueves, 7 de noviembre de 2013
Un listòn para anudar
Un pañuelo, una mascada o un listón de cualquier tela bastaran para invitar al
pequeño a anudarlos a tu cintura, en tu brazo, colocarlo en tu cabeza o en el
cuello. Previamente sugiero que le muestres como hacer un nudo simple, muy
simple permitiéndole al niño que lo anude en las zonas sugeridas anteriormente.
Le brindaras experiencias afectivas y motrices inimaginables, de entrada tocara
a mama para anudarla con una tela, controlara sus manitas, te mirara muy de
cerca y estará a la expectativa para saber si lo hace bien o mal, estimularas
sus deditos, favorecerás su atención. Momentos memoriales que se graban en un
niño con el solo hecho de anudar una tela.
Correr
Correr es una actividad que produce gran placer en el niño a partir de
que su marcha se ha afianzado. Y si la carrera se estimula con actos orientados
y sencillos favorecerás de manera amplia su esquema corporal, pero además el
niño sabrá como canalizar su energía. La carrera la puedes estimular visitando
un parque de manera libre y espontanea, sea al ir por una pelota, al
perseguir un papalote, como desees. Pero también puedes favorecer la
carrera tomándose ambos de la mano, en un primer momento siguiendo el ritmo del
niño y en un segundo momento permite que el niño siga tu ritmo y para cerrar
la carrera que tal que lo invitas a que te atrape, es decir correr para
atraparte, y viceversa; que el niño corra para que lo atrapes. Correr es un acto
tan simple que por lo general reprimimos en el niño diciéndole no corras, detente, obvio
que el querrá hacerlo en todo instante pues ha descubierto lo delicioso que es,
así que contrario a reprimir, orienta la carrera.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Sentarse y estirarse
A los diez meses el bebe ya se sienta solo. Y para seguir estimulando esta
postura sugiero que sientes al bebe en el piso rodeado de
grandes pliegos de papel de china de distintos colores, crearas unos instantes
de colorido y texturas para el bebe. Para ello provéete de papel de china de diferentes colores y haz grandes bolas de
papel, posteriormente colócalas a su alrededor. Tal vez te preguntaras; y que
tiene que ver esto con la postura de sentado, te responderé; estar en la
postura de sentado y mirar a su alrededor infinidad de estímulos para atrapar estimula el cuerpo del bebe para; estirarse, tomar, estrujar, aventar, etc.
solo te recomiendo estar muy pendiente del niño para que no se lleve el papel a
la boca pues es una reacción muy natural.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)