domingo, 11 de agosto de 2013

Nacer a la vida

Cuando el niño sale del vientre, es la mayor conmoción de su vida. Ni siquiera la muerte será una conmoción tan grande, porque la muerte llega sin avisar. La muerte le llegará muy probablemen­te cuando esté inconsciente. Pero mientras está saliendo del vien­tre de la madre está consciente. Su largo y hermoso sueño de nue­ve meses se ve interrumpido y entonces le cortas el cordón que le une a la madre. En el momento en que cortas el cordón que le une a la madre has creado un individuo lleno de miedo.
Esto no es lo adecuado; pero así es como se ha hecho hasta ahora.
Hay que separar al niño de su madre más despacio, más gra­dualmente. No se debería producir esa conmoción, y eso se puede arreglar. Es posible hallar una solución científica.
En la habitación no debería de haber luces deslumbrantes, por­que el niño ha vivido durante nueve meses en una oscuridad abso­luta y sus ojos que nunca han visto la luz, son muy delicados. Y en todos los hospitales hay luces deslumbrantes, tubos fluorescentes, y el niño es expuesto a la luz súbitamente... Casi todo el mundo tiene los ojos delicados por culpa de esto; más adelante tendrán que usar gafas. Ningún animal las necesita. ¿Has visto a algún ani­mal con gafas leyendo el periódico? Sus ojos están perfectamente sanos durante toda su vida, hasta el momento de su muerte. Esto sólo le ocurre al hombre y ocurre desde el principio. El niño debería nacer en la oscuridad o con una luz muy suave, quizá una luz de velas. La oscuridad sería lo mejor, pero si se necesita un poco de luz, las ve­las servirán. ¿Y qué han estado haciendo los médicos hasta ahora? No le dan tiempo al niño para que se adapte a su nueva realidad. La manera en que reciben al niño es desagradable. No es un buen comienzo para nacer a la vida.
Si no fuera así, el niño empezaría a respirar por su cuenta; habría que dejarlo sobre el vientre de la ma­dre, encima del vientre. Antes de cortar el cordón umbilical se le de­bería dejar encima del vientre. Estaba dentro del seno materno, en el interior; ahora está afuera. No es un cambio demasiado grande. La madre está ahí, la puede tocar, la puede sentir. Conoce su vibra­ción. Es perfectamente consciente de que ésta es su casa. Ha salido fuera pero ésta es su casa. Déjale estar un poco más con su madre para que se familiarice con ella por fuera; ya la conoce por adentro.
Y no cortes el cordón que le une hasta que empiece a respirar él solo.
¿Qué se hace actualmente? Cortamos el cordón y le damos una palmada para que así tenga que respirar. Pero esto es obligarle, esto es violento, no es científico en absoluto y es antinatural.
Déjale que respire por su cuenta. Sólo le llevará unos minutos. No tengas tanta prisa. Se trata de la vida entera de un hombre. Un niño no necesita más que eso. Si se le deja solo, en tres minutos empieza a respirar. Cuando comienza a respirar, adquiere la confianza de que puede vivir por su cuenta. Ya puedes cortar el cor­dón, no sirve de nada; no le producirá ninguna conmoción al niño.
Después, lo más importante es que no le tapes con mantas en la cama. No, durante nueve meses estuvo sin mantas, desnudo, sin almohadas, sin sábanas, sin cama. No hagas un cambio tan rápido. Lo que necesita es una pequeña bañera con la misma solución de agua como la que había en el vientre de su madre, exactamente agua de mar: la misma cantidad de sal, la misma proporción de com­puestos químicos. Exactamente la misma.
Esto vuelve a ser una prueba de que la vida debió aparecer pri­mero en el océano. Todavía sucede en el agua oceánica. Por eso cuando una mujer está embarazada comienza a comer cosas sala­das, porque el vientre va absorbiendo sal; el niño necesita exacta­mente la misma agua salada que existe en el océano. Si preparas la misma agua en una bañera pequeña, y colocas dentro al niño, se sentirá perfectamente recibido. Esta es la situación con la que está familiarizado.

Enfoques de personalidad en el adolescente

La personalidad del adolescente determina su conducta. Así como su ambiente socio económico lo cual afecta considerablemente su desarrollo. Tal comportamiento lo miramos en su grupo de amigos o en la escuela.
En la escuela como en el hogar, algunas situaciones desconciertan al adulto quien debe enfrentar y manejar adolescentes que evidencian trastornos de personalidad. Estos adolescentes poco a poco se van convirtiendo en seres apáticos, descontentos, agresivos, tímidos, exhibicionistas, nerviosos; y hasta llegan a sufrir ciertos defectos físicos (visuales, auditivos) o desajustes emocionales con limitadas posibilidades de aprendizaje presentando problemas de conducta.
Debemos ser muy cautelosos al formular juicios valorativos sobre el comportamiento del adolescente procurando que los mismos no posean valoraciones prejuiciadas desde distintas perspectivas:
El enfoque biofísico que alude a un trastorno orgánico, el enfoque psicoanalítico que se presenta cuando hay problemas psíquicos dentro del adolescente (disturbios emocionales) y el enfoque conductual que pone énfasis a las normas de conducta que aprende ya sea en la familia, la escuela o el grupo de amigos. Ante cualquier tipo de trastorno que presente el adolescente se recomienda realizar un diagnóstico de las posibles causas de dichos problemas para aplicar cualquier procedimiento que influya sobre el problema de una manera racional y aceptable. De esta forma se orienta al estudiante y no se le reprime, ni prohíbe, mucho menos se le castiga, ya que no sería la mejor actitud ejecutada por el adulto. El adolescente es un ser en pleno desarrollo evolutivo por lo cual las normas de conducta que se establezcan tienen importancia vital, ya que de ello dependerá lo que el chico o la niña habrán de ser en el futuro.


jueves, 8 de agosto de 2013

Anudarse los zapatos le exige:


Repartiendo galletas

Inicia a tu pequeño en aquellos procesos que resultan ser tan complejos durante su aprendizaje, como son las operaciones lógicas. Parte de lo simple para llegar a lo complejo.  Solo dale un frasco con galletas, pídele que lo abra y lo distribuya entre todos los que se encuentren en casa. Puede ser en cualquier momento de la vida familiar; durante una charla familiar, después del desayuno, después de la comida o la cena, etc. El punto medular residirá en que el pequeño tenga la oportunidad de dar, distribuir y contar el numero de galletas que reparte. Un acto de la vida diaria lo iniciara en los conceptos matemáticos.

Pintar libremente

Prepara al niño para reproducir a futuro sus primeras grafías, es decir estimula la psicomotricidad fina. Solo dale un pincel, un poco de pintura y una hoja grande para pintar libremente. Cuando haya terminado de pintar sobre la hoja grande, cambia el color, muéstrale como lavar su pincel y dale una hoja mediana para volver a pintar libremente. Cuando haya terminado de pintar en la hoja mediana, cámbiale de color, muéstrale como lavar su pincel y dale una hoja pequeñita para volver a pintar libremente. Tres colores, tres espacios y un solo pincel para pintar libremente preparan al niño para; ubicarse en distintos espacios, habilitar la pinza de sus deditos y adquirir control oculo-manual.