lunes, 9 de septiembre de 2013

Una mirada infantil


Sintonía de las emociones

La manera en que puedes enseñarle a tu bebe a expresar sus emociones es sintonizándose con ellos. A esto le llamo sintonía.
Estar sintonizados es comprender lo que sienten tus pequeños. Al sintonizarse con las emociones de tus pequeños, les ayudas a fortalecer las conexiones cerebrales que producen dichas emociones. De hecho, ustedes están conectados a  su cerebro para comprender las emociones y para pensar. Es decir, ustedes le están ayudando a sus hijos a desarrollar la inteligencia emocional.
Para sintonizarse es preciso ser un gran observador. A medida que observen lo que hacen sus pequeños y escuchen lo que dicen, pueden preguntarse:
¿Qué siente mi bebé?
• ¿Cómo debo responder?
• ¿Cómo puedo dejarle saber que le entiendo?
A medida que se familiaricen con su bebé, más sintonizarán con lo que él o ella acerca de cómo siente. Estar sintonizados es actuar como un espejo en el que se refleja aquello que Ustedes piensan que su bebé siente.
A medida que sus pequeños crezcan, ustedes podrán hablarles más sobre las emociones, de manera que aprendan las palabras que les permitan expresar lo que sienten. Aquellos niños que al sentir emociones intensas aprenden a usar las palabras, en lugar de sus puños, aprenden a controlarse. Ellos sabrán cómo se sienten y podrán dejárselo saber a los demás sin actuar agresivamente.

Los limites facilitan la con-vivencia

Los límites son reglas de convivencia.                         
A menudo los jóvenes dicen que les falta comunicación con los padres, y dicen bien. ¿Cómo se van a comunicar si nunca están debidamente juntos?
Debidamente quiere decir en horarios compartidos, en situaciones compartidas, en relaciones compartidas.
Comer juntos en torno a la mesa es un límite versus, que tiene que ver con el comunicarse.
—Hijo mío, debes saberlo: los humanos inventaron los almuerzos y las cenas no para alimentarse e ingerir pro­teínas y calcio, sino para... estar juntos.
Estando juntos en una de ésas hablamos. Si hablamos, en una de ésas nos comunicamos.
Por otra parte, si cuando descansamos te pones tus audífonos para hacerte invisible y yo prendo la televisión para no saber de problemas, se nos hará difícil no sólo disfrutar de lo que escuchamos, sino simple­mente convivir.
Eso es lo que compartimos. No las ideas, que cada cual tiene la suya.
Pero para discutirlas entre nosotros compartimos una serie de modales, y esos son los límites.
         

jueves, 5 de septiembre de 2013

Aprender el abecedario requiere...


Inicia al niño a contar

Los juegos de mesa son una excelente oportunidad para estimular en el niño el concepto e cantidades. De preferencia elije un juego de mesa que invite a contar, como el memorama. Al repartir las cartas dile al niño que le darás tres cartas, contándolas a la par que las distribuyes. Inicien el juego,  haz énfasis en las cantidades que él tiene y las cantidades que tú tienes. Es decir llévalo a analizar  el concepto de igualdad. Terminada la primera ronda de juego, vuelve a distribuir las cartas solo que ahora agrega una más. Continua de la misma manera hasta distribuir cinco cartas. Llevar a  cabo este  tipo de juegos es una excelente oportunidad para enseñar al niño las normas de un juego, el análisis, la distribución y sobre todo el acto de contar. Tres actos que requieren de un alto grado de complejidad para inicia al pequeño a razonar.

Ubicacion espacial

Dotate de una cartulina de un color llamativo, hazle rayas horizontales o verticales, gruesas de preferencia, y unas tijeras para recortar. Ahora solo coloca la cartulina sobre una mesita y pídele al niño que recorte las tiras que le has dibujado en la cartulina. Un acto tan simple, “recortar”, le exigirá al niño precisión, control de manos y dedos para seguir las líneas y además capacidad de percepción para no salirse de las rayas. Un papel propicia en el niño actos que lo acercan a la ubicación espacial, actos que le demandara la escritura a futuro.