lunes, 10 de octubre de 2011

5 a 10 meses



Psicomotricidad: intentos de gateo
Acueste al bebe boca abajo sin zapatos y ponga un juguete al frente de él, fuera de su alcance, ahora anímelo a que lo tome. Ayúdelo colocando su mano en la planta de sus pies para que se impulse, motívelo para que avance a tomar el juguete mediante intentos de gateo. Que al iniciar una nueva semana la voluntad y el amor sean los ingredientes hogareños. 

10 meses a 1 año



Psicomotricidad: gateando
Coloque al bebe en posición de gateo y empújelo suavemente con la palma de sus manos colocándolas en la planta de los  pies, de tal forma que lo motive a gatear. Finalmente déjelo gatear para que adquiera fuerza en brazos y piernas esto lo prepara para su futura marcha. Que al iniciar una nueva semana la voluntad y el amor sean los ingredientes hogareños. 

2 y 3 años


Afectivo – social; cavando
Salga con el niño a dar un breve paseo por el parque llevando consigo una cubetita y una palita. Siéntese con el bebe al pasto y simulen que van a cavar un hoyo, invítelo a cavar de tal forma que  ejercite sus músculos, ahora coloquen dentro de su cubetita la tierra o pasto que corte. Con este tipo de actividades genera un contacto afectivo con el niño a la par que ejercita su coordinación motriz gruesa. Que al iniciar una nueva semana la voluntad y el amor sean los ingredientes hogareños.

viernes, 7 de octubre de 2011

la experiencia de ser NIÑO

La experiencia del niño obsesiona durante toda su vida a la gen­te inteligente. La quieren repetir: la misma inocencia, el mis­mo asombro, la misma belleza. Ahora es un eco lejano; parece como si la hubiese visto en un sueño.
Toda la religión nace de la cautivadora experiencia de la in­fancia, del asombro, de la verdad, de la belleza y de la hermosa dan­za de la vida en todas las cosas. Los cantos de los pájaros, los colo­res del arco iris, la fragancia de las flores recuerdan al niño, que ha perdido el Paraíso, en lo más profundo de su ser.
No es una coincidencia que todas las religiones del mundo ten­gan en sus parábolas la idea de que una vez el hombre vivió en el Paraíso y de alguna manera, por alguna razón, fue expulsado de él. Hay diferentes historias, diferentes parábolas, pero significando una verdad sencilla: estas historias son sólo un modo poético de decir que todo hombre nace en el Paraíso y después lo pierde. El mundo de hoy lo ha  olvidado por completo.
Sin embargo las personas inteligentes, sensibles, creativas, siguen estando obsesionadas por el Paraíso que una vez conocieron y que ahora permanece en ellas como una tenue memoria, difícil de creer. Y empiezan a buscarlo de nuevo.
La búsqueda del Paraíso es nuevamente la búsqueda de tu in­fancia. Por supuesto, tu cuerpo no será ya el de un niño, pero tu conciencia puede ser tan pura como la de un niño. Este es el se­creto del camino religioso: hacerte de nuevo un niño inocente, sin contaminarte, sin saber nada, cons­ciente de todo lo que te rodea, con un profundo asombro y sentido del misterio que no puede ser desmitificado.

viernes, 30 de septiembre de 2011

estoy embarazada!!!

Simplemente, sé tan feliz y tan amorosa como puedas. Evita las negatividades; eso es lo que destruye la mente de] niño. Cuando el niño está formándose no sólo sigue tu cuerpo, también sigue tu mente, porque ésas son las improntas. Por eso, si eres negativo, la negatividad comienza a formar parte de la composición del niño desde el principio. Luego, el camino para librarse de ello es largo y duro. Si las madres fueran un poquito más cuidadosas no sería ne­cesaria la terapia del grito esencia. Si las madres fueran  más cuidadosas, desaparecería el psicoanálisis como profesión.
El psicoanálisis es un gran negocio a causa de las madres. La madre tiene realmente una gran importancia, porque durante nue­ve meses el niño vivirá en el clima de la madre; embeberá su men­te, toda su mente.
Por eso, no seas negativa. Ten cada vez más una actitud afirma­tiva, aunque a veces esto parezca difícil. Por el niño, hay que hacer al menos este sacrificio. Si realmente quieres tener un hijo que valga algo, con integridad, con individualidad y feliz, entonces tienes que hacer ese sacrificio. Eso es parte de ser madre: ese sa­crificio. Por eso, no seas negativa; evita todas las negatividades. Evita la rabia, los celos, la posesión, quejarte, luchar, evita todos esos espacios. No te los puedes permitir, ¡estás creando un nuevo ser! Este trabajo tiene tanta importancia que requiere de toda tu entrega emocional.
Disfruta cada vez más, reza, baila, canta, escucha buena músi­ca: la música clásica, que es tranquilizan­te y que va al inconsciente profundamente, porque el niño sólo la puede oír desde allí.
Siéntate en silencio todo lo que puedas, disfruta de la naturale­za. Estate junto a los árboles, los pájaros, los animales, porque son realmente inocentes. Todavía son parte del jardín del Edén, de aquí sólo han sido expulsados Adán y Eva. Incluso el árbol del conoci­miento está todavía en el jardín del Edén; sólo Adán ha sido expul­sado. Por eso ve más a la naturaleza y relájate, para que el niño crezca en un útero relajado, no tenso; de lo contrario, el niño co­menzará a ser neurótico desde el principio.
(Al padre:) Y ayúdala durante estos días de modo que pueda ser más positiva. No le provoques hacia la negatividad. Dale cada vez más tiempo para que pueda sentarse en silencio, estar con los ár­boles, escuchar los pájaros, escuchar música. Evita cualquier si­tuación que que pueda convertirse en una provocación para que ella se ponga negativa. Sé más amoroso, disfruta del si­lencio del otro, porque los dos van a dar nacimiento a algo que es divino. Todos los niños son divinos. y cuando algo grande va a su­ceder, cuando un gran huésped va a venir a tu casa, tú no luchas. Y éste podría ser el huésped más importante que jamás venga a ver­te; por eso, durante estos nueve meses sean cuidadosos, precavidos, vigilantes.