Alfredo es un oso simpático y glotón. Vive en una cueva, que es su habitación. ¿Qué no sabéis que es un oso? Pues es un animal grande como un elefante y tiene pelo por detrás y por delante. ¿Sabéis una cosa?¡Que divertido, pasan el invierno dormidos!
A Alfredo le encanta comer, dormir y roncar, pero tiene un pequeño problema, al pobre Alfredo le da miedo la oscuridad. ¿A vosotros les da miedo?
En la cueva, por la noche, casi no se ve nada, y a Alfredo le entran ganas de gritar:
-¡Mamáaaaaaaaa!
-¿De quién ha sido ese grito? ¿Qué le pasa a mi oso favorito? -pregunta la mamá de Alfredo, que es una osa muy cariñosa.
-Pues que en esta habitación todo esta negro como el carbón -dice Alfredito temblando y señalando la obscuridad con su dedo-. Me da un poquito de miedo.
¿Y qué pensáis que hizo la mama de Alfredo? Primero le dio un beso y luego le trajo un trozo de queso. Después le canto esta nana:
“La oscuridad no hace nada,
aunque venga disfrazada”
Poco a poco, al estar mama, el miedo del oso se va. Y Alfredo, dando un suspiro, ya se ha quedado dormido.
Toda narracion contribuye en los niños a comprender una emoción ademas...
- Les enséñas a reconocer el miedo en ellos y en los demás.
- Reconocen las expresiones del miedo.
- Aprenden a no negar u ocultar el miedo sino a sentirlo y expresarlo.
- Disminuyen aquellas emociones que los alteran o desestabilizan.
- Son capaces de convertir una emoción negativa en una positiva.
- Descubren como es la serenidad ante situaciones que les produce temor.
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