lunes, 10 de octubre de 2022

Ponle nombre a las emociones

Ansiedad
Todos hemos sentido ansiedad en numerosas ocasiones. La ansiedad nos bloquea y nos impide comportarnos con normalidad, los niños la viven con mucha mayor intensidad porque no han aprendido a manejarla. El manejo de esta emoción necesita del apoyo de los padres y las madres para ser superada. Es vital enseñarles a reconocerla, manejarla, saber su nombre y con el tiempo superarla. El aprendizaje es muy, muy lento pero vale la pena intentarlo pues será de gran utilidad para la estabilidad emocional de tu hijo o hija. Cuando observes que la ansiedad invade a los niños esmérate por trabajar los sentimientos que provoca esta emoción lo más afectuosa, empática y certeramente posible hasta el punto que ellos identifiquen de que se trata e incluso le pongan nombre a eso que sienten. A continuación detallo alternativas que pueden contribuir contigo para poner nombre a las emociones.
★Identifiquen el sentimiento
★Denle nombre
★Indaguen como se siente; temor, devaluación, miedo
★Describan como es temer, ser rechazado o tener miedo. Hablen de los sentimientos que provoca la ansiedad.
★Pregúntale si alguna vez ha sentido valioso, valiosa
★Hablen de la valía, la fuerza y como se siente la energía
★Sientan como es recobrar el animo
★Detecten fortalezas individuales
★Nombren y enlisten virtudes
★Refuerza la imagen del niño, niña.
★Enséñales a prendarse de fuerza y energía.
★Aporta pistas para que aprendan a superar la ansiedad, reconozcan los síntomas físicos que provoca la ansiedad y trasmíteles propuestas para superarla.
La envidia
La envidia es una emoción muy común que hemos sentido todos alguna vez. Al igual que en la mayoría de las emociones no es fácil identificarla porque se juntan muchos sentimientos contradictorios. La envidia refleja rabia, tristeza o agresividad y cuando la llegan a experimentar niños o niñas se desestabilizan emocionalmente. Es frecuente que hacia la persona envidiada se sienta una mezcla de admiración y odio por la cualidad que otro tiene y el o ella no tiene, lo cual resulta más difícil de manejar. Enséñales a identificar este tipo de emociones como lo sugerí con la ansiedad, dótalos de un vocabulario emocional para que puedan reconocer la envidia, darle nombre y superarla.
Autoestima
La autoestima es la columna vertebral sobre la que se mueve nuestra capacidad para tomar decisiones y de aceptar retos. Cuando un niño tiene baja autoestima, no tiene ganas de poner a prueba sus capacidades. Prefiere no arriesgar porque está convencido de que fracasará. El papel de los padres reside en ayudarles a enfrentar sus miedos delicadamente, no los obligues hacer algo que teme ejecutar, acompaña, guía, propón alternativas. Es importante que como padres colabores con ellos para afrontar sentimientos negativos que experimentan como lo sugerí con la ansiedad, recuerda que se trata de orientarlos para poner en marcha sus capacidades y sus deseos. Cuidar y reforzar la autoestima de los hijos debe ser una prioridad ya que sobre ella construirán su futuro.
Frustración
La frustración es una emoción muy frecuente en niños y niñas. Desde pequeños aprendemos, a través de los límites a tolerar mejor la frustración. Si lo pensamos detenidamente, toda nuestra vida de adultos se basa en la capacidad de aceptar limites, reglas y normas, tenemos responsabilidades y compromisos que, aunque no nos gusten, son necesarios. Enseñar a manejar la frustración en tu hijo o hija pasa necesariamente por limites, normas, reglas. Cuando un padre o una madre no pone límites porque le da pena frustrar continuamente a su hijo, es cuando de verdad se perjudica al niño. A final es necesario poner límites y encauzar las responsabilidades en ellos y ellas ya que cuando existen normas claras logran estabilidad emocional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejarme tus comentarios