Padres y Madres son los primeros maestros de niños y niñas. Desde el momento de nacer reciben sus primeras enseñanzas en el hogar aun y cuando no te hayas percatado de ello. Si no te concebías como su maestro o maestra pues permíteme decirte que desde el momento de nacer tu hijo o hija al abrir sus ojos tiene frente a él o ella a su “Master Progenitor”. Desde el momento de nacer el primer sonido, la primera información, el primer toque de amor, intercambio cultural o social que recibió, los primeros valores humanos que conoció fueron a través de ti así que no pierdas de vista tan loable papel que funges como madre o como padre. La paternidad es aprendizaje, se aprende a lo largo del crecimiento de nuestros hijos nadie nos prepara para ser padres o madres pasamos por una profunda, aguerrida y tenaz labor de aprendizaje para guiar a nuestros hijos en aras de educarlos, prepararlos y hasta consolarlos en sus momentos más desesperantes. Es todo un arte jugar el rol de maestra o maestro con tu hija o hijo, un arte porque demanda sutileza, firmeza, determinación y hasta un duro corazón para no claudicar en la enseñanza que cerebro y corazón te dicta a emprender a lo largo de su desarrollo. Instante a instante atravesaras cantidad de aprendizajes, retos para aprender a discernir entre lo bueno y lo malo de la crianza, valentía para valorar tus conductas, reacciones o decisiones durante los momentos más difíciles de la crianza. De hecho, criar y educar a los hijos son prácticamente sinónimos porque si te detienes analizar el trasfondo de la crianza es como bucear en la intimidad para educar a tus hijos. La paternidad es enseñanza porque todas tus acciones, reacciones, conductas respecto a la formación de tu hijo o hija cobran una dimensión inteligente, sabia y responsable cuando todo aquello que haces por ellos se encuentra impregnado de tus propias virtudes. Inteligente porque no te quedas a la expectativa de la crianza te vales de tus capacidades, energía, y fuerza para echar a andar cantidad de posibilidades para guiarlos inteligentemente. Sabiamente porque no caes en la irracionalidad emocional de actuar por actuar, atiendes a tu corazón para actuar responsablemente. Ser responsable no es sinónimo del dicho; -en casa se hace lo que yo mando y ordeno- por el contrario -en casa se consensa, se aprecia la opinión, se permite la intervención, se fomenta la autonomía, se confía-. Respetarlos es no atrofiar un alma, ellos no te pertenecen se pertenecen a ellos mismos.
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