martes, 23 de febrero de 2021

Leer y jugar

Para cuando son escolares lo que mas se anhela como padres es que nuestros hijos devoren los libros, mastiquen las palabras, detecten las pulsaciones del corazón de la lectura, lamentablemente en muchas ocasiones eso no sucede. Y porque no sucede; tal vez porque tu hijo odia leer, por la forma en que aprendió, no quiere decepcionarte, no comprende lo que lee, aprendió a leer forzadamente, fue apresurada la enseñanza, falto deleitarse con las letras en fin... las variantes suelen ser cantidad de ellas lo cual no quiere decir que se prive a niños y niñas de tan valioso conocimiento. Quien desea enseñar a niño o una niña el placer por leer es alguien que se vale del juego, es alguien que brinda flexibilidad, apertura, libertad y hasta optimismo para que él o ella jueguen y lean. Leer y jugar es una cuestión de explorar. Explorar cualquier tipo de lectura, desde una frase, hasta grandes contenidos de libros. Al pedir al niño que lea una frase sencilla como; -eres como una gota en el océano- te permite invitar al niño a explorar las partes de esa frase, estableciendo semejanzas con él o ella. Después de leer y analizar esa frase el deseo por explorar e indagar más sucede en el niño; ¿Cómo es una gota? ¿Qué significa ser una gota? ¿Qué es el océano? si el o ella no es agua como puede ser una gota. Observas la cantidad de intereses que suceden después de leer una frase. El niño experimenta e indaga y solo pusiste a su alcance una simple frase que llego a significarle gozo, sentimientos, placer y hasta te puede pedir que le escribas otra frase para segmentarla, descifrarla o diseccionarla. Cuando un niño o una niña leen algo acerca de el o de ella, aun y cuando les cueste trabajo enlazar las letras e incluso la ilación de las ideas no es la adecuada no importa, importa el tremendo esfuerzo que hacen por leer, por extraer el significado de lo que dice ahí eso es realmente lo valioso. Otra situación de igual significancia es el hecho de que les motives a escribir y leer acerca de ellos. Escribir y leer lo que son, obviando las tremendas reprimendas porque escriban bien, con letra bonita y que no se salgan de la rayita, exonera a niños y niñas de las infortunadas reglas de la escritura que solo sirven para atropellar la mente en aras de gozar lo que son. No justifico lo que escribo, mucho menos ignoro las reglas ortográficas, hablo de iniciarlos a gozar la lectura, gozar sus letras, sentir como suceden, experimentar la libertad de escribir y hasta sublimar la sensación de mirarse en letras escritas por él o por ella. Para alcanzar la plenitud de la lectura es necesario, aprender a jugar. Una actitud lúdica exige imaginación, autonomía, ensimismamiento, curiosidad, invención, regocijo, gratuidad, es decir: iniciarlos a reconocer como literatura lo que en su día fue juego.

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