El lenguaje, entonces es el
instrumento que regula la percepción y el conocimiento del mundo externo e
interno en el que vivimos permanentemente. Los conocimientos que adquirimos
dependen en gran parte de los instrumentos verbales que poseemos. Los
conocimientos se transmiten a través de la información verbal pero las
operaciones y conceptos que absorben la información y la encajan en una
estructura significativa no se originan en el lenguaje. El desarrollo
intelectual es posible sin el lenguaje, pero el lenguaje no es posible sin
pensamiento, su adquisición está ligada a la elaboración de estructuras
cognoscitivas en general.
Suele suceder que cuando niños y
niñas se encuentran en la etapa escolar, entre 6 y 12 años, olvidamos continuar
favoreciendo el progreso de su lenguaje, si te detienes a analizar la teoría que
expongo previamente de Piaget respecto al lenguaje, observaras que este se
convierte en el instrumento de las capacidades intelectuales de los niños. Los escolares
entran a la lógica del pensamiento y deberán valerse en gran medida de su
lenguaje para ampliar sus conocimientos ahora no se trata de estimularlos o
animarlos a estudiar para que aprendan, la tarea reside en abrirles el bagaje
de comunicación. La comunicación juega un papel decisivo en ellos cuando de favorecer
el lenguaje se trata y no solo es hablar por hablar, se trata de llevar a niños
y niñas a experimentar distintas formas de hablar, de escucharse, sentir lo que
dicen, percibir como hablan otros, apropiarse de la adecuada estructuración de
palabras e incluso ser capaces de poseer un amplio vocabulario situación que logras llevándolos a
experimentar su lenguaje con sus iguales, con adolescentes, jóvenes, adultos o
adultos mayores. Solo es cuestión de abrir el abanico de posibilidades entonces;
el niño escuchara, intercambiara y favorecerá su lenguaje.
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