El interés por la diferenciación
sexual personal o ajena, por la pertenencia a un grupo, la curiosidad por la
procreación y el nacimiento, los juegos sexuales consigo mismo o con otra
persona y el interés psicosocial por el sexo contrario cambian de acuerdo a la
edad de niños y niñas. Gessell ha querido describir los sucesivos grados
del conocimiento o preguntas de niños y
niñas tanto de su propio sexo como del
ajeno, el resultado de su investigación es la siguiente:
A los 18 meses el niño llama nene
tanto a las niñas como a los niños.
A los 2 años sabe distinguir entre
niños y niñas por el vestido y el corte de cabello. A los dos años y medio,
consciente de sus propios órganos sexuales puede llegar a palpárselos cuando se
halle desnudo. Sabe que es hombre como su padre o una mujer como su madre y
emplea el término sexual infantil, es decir, niño o niña.
A los 3 años expresa verbalmente su
interés por la diferente psicología de los sexos, es decir pregunta ¿Porque es
niña o niño? ¿Porque el orina de pie y las niñas sentadas? e incluso las niñas
tratan de hacerlo de pie. Le gusta observar y tocar tanto a sus iguales como al
adulto de la familia, le intriga y desea comprobar si sus órganos son iguales a
los de mama o papa, le gusta observar y tocar
a los adultos e incluso tocar los pechos de mama.
A los 4 años a veces se muestran
exhibicionistas, prefieren vagar por casa desnudos, quieren experimentar esa
sensación de desnudez, sentir su piel por lo que tienden a rechazar el andar
con ropa.
A los 5 años disminuye el exhibicionismo
sexual y están conscientes de los órganos sexuales al ver desnudos a los
mayores e incluso podrá preguntarse por qué el padre no tiene pechos o porque
la hermana no tiene pene.
A los 6 años, ambos sexos proceden
a mutuas investigaciones, buscando respuestas concretas al problema de las
diferencias sexuales y para confirmarlo realizan preguntas de tipo sexual como; ¿cómo sale él
bebe de la madre? Los hechos de la relación sexual escapan aun de su
comprensión. Unos pocos niños de esta edad, a quienes otros niños mayores
informan sobre este aspecto, recurren por lo general a las madres para
confirmar o rechazar esa información. Si bien es cierto que los papeles y los
órganos de los dos sexos están bien definidos en la mente del niño, estos aún
se preguntan porque las mujeres no tienen pene.
A los 7 años pueden aparecer las primeras “historias de
amor” entre niños y niñas y es menos probable que se dediquen al juego sexual
evidente. Más aun, evitaran toda posible exposición de su cuerpo al desvestirse
o al ir al baño en especial si una hermana más joven se encuentra cerca. Si dos
niñas se ven mutuamente desnudas se interesaran por los pormenores de los
órganos sexuales e incluso trataran de dibujar lo que han visto, los varones
pensaran que pueden transformarse mágicamente en niñas con solo taparse los
genitales. Estos mismos niños se deleitaran jugando a las muñecas con las
niñas. El verdadero interés está en pensar sobre estas cosas.
Los niños de 8 años, especialmente
los varones, buscan aun algunos de los hechos referentes a los recién nacidos,
esperan por lo general un momento apropiado para hacer este tipo de preguntas
preferiblemente durante la charla con la madre de buenas noches. A menudo
resulta difícil a una madre explicar a su hija (o) en forma sencilla, sin
desbordes emocionales, la realidad de una relación sexual, pero no debe
asustarse pues una hija (o) está dispuesta (o) a aprender e incluso puede a
menudo plantear las preguntas más adecuadas. Aceptan con facilidad el hecho de
que el padre coloca el órgano sexual masculino en el órgano sexual de la madre,
lo cual puede desencadenar una avalancha de preguntas por parte de ellos respecto
a; cuándo, dónde y entre quienes puede tener lugar el acto sexual lo cual puede
ser contestado fácilmente de acuerdo a las indagaciones de los pequeños. Es
señal de prudencia en la madre sugerir a los niños de esta edad que este tipo
de conversaciones no pueden ser compartidos con sus compañeros de escuela e
incluso con sus hermanos menores porque es una situación que solo compete a los
padres charlarla con sus hijos. A los 8 predomina el interés por la relación entre
niños de diferente sexo, los varones reconocen a una niña bonita y las niñas
persiguen a los niños bien parecidos.
A los 9, se interesan por los detalles de sus
propios órganos sexuales y por su función puede disgustarles que los vean
desnudos e incluso si son sus padres. Se separan por sexos en los juegos, y
cuando estos son mixtos trataran a veces de besarse o bromear respecto al sexo.
El interés por la relación varón – mujer persiste a esta edad aunque existe una
marcada separación entre sexos durante el juego. Rara vez se mezclan los sexos
en una fiesta de cumpleaños y si lo hacen pueden terminar la fiesta jugando a
besarse. Se hacen burla mutuamente respecto a amigos y amigas y sobre posibles
casamientos.
Las niñas de 10 años parecen hallarse en un
mismo nivel que los varones en cuanto a tamaño y madurez sexual. Pero a
diferencia de estos, la mayoría de las niñas muestran en el periodo comprendido
entre los 10 y los 11 años los primeros signos inconfundibles de proximidad a
la adolescencia. Las infantiles formas del cuerpo sufren un proceso de ligero
ablandamiento y redondeamiento especialmente en la región de las caderas. Toda
el área del pecho se torna más muelle y a veces se presenta una ligera proyección
de los pezones. La cintura se destaca más, los brazos son más redondeados, se
observa un rellenamiento del área facial confiriéndole una forma ovalada.
Debido a su desarrollo sexual más rápido, las niñas son mucho más conscientes
del sexo que los varones, aunque menos francas. Tienen la suficiente conciencia
como para tornarse reticentes cuando hablan del sexo, aun con sus madres. Las
niñas más conscientes se sienten molestas y confundidas cuando sus hermanos las
espían o cuando ven vestirse o desvestirse al padre. Las niñas de 10 a 12 son
sumamente conscientes del desarrollo de sus pechos y pueden alarmarse si no
observan ningún indicio de dicho proceso. A menudo se quejan de dolor y comezón
en la región de los pezones. La niñas se muestran confundidas con más
frecuencia que los varones cuando se les proporciona información sexual, se
enteran de la menstruación por diversos conductos, algunas se desinteresan del fenómeno,
en tanto que otras lo esperan conscientemente declarando que se sentirán
orgullosas cuando se presente.
Si bien los varones y niñas son de
estatura comparable el ritmo de crecimiento de los varones es más lento. En los
varones no parece cambiar en gran cosa su constitución física pero tras una inspección
cuidadosa se observan algunos cambios sutiles. Diez tiene un aspecto más sólido
aunque no siempre se refleje en el peso. Se observa un ligero redondeamiento y
ablandamiento del contorno corporal. La consciencia sexual de 10 no aventaja en
mucho a su madurez física y hace muy pocas preguntas respecto al sexo sin
embargo muchos varones tienen noticias de las relaciones y un gran número de
ellos se entera desde los 10 años. Les interesa el papel desempeñado por el
padre y reconocen la posibilidad de que ellos mismos lleguen a ser padres algún
día. Incidentalmente llegan a referirse a sus futuros hijos, mencionando lo que
desearían decirles o evitarles. Generalmente a esta edad los varones empiezan a incorporar a su vocabulario malas
palabras referente al sexo, ponen permanente atención para que no se les escape
ninguna de las palabras que los mayores dicen o escriben en las paredes de los
baños. Los niños que usan estas palabras a menudo lo hacen sin conocer su
significado y experimentan una conmoción cuando se enteran de lo que han estado
diciendo. Frecuentemente se les ve tomados de la mano con la niña que
consideran bonita, suelen enviarse cartas de amor pero se sienten molestos
cuando la gente alude a la novia o al novio. La mayoría de ellos consideran que ese tipo de relación esta bien
para los niños de menor edad o para los mayores.
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