Sin una identidad la educación no
tiene gran significación, porque para que educarse si uno no se conoce, resulta
tan crudo lo que escribo mas es real, de hecho yo me inicie a estudiar por pura
casualidad y el efecto fue tropezar y tropezar, aprender casi a palos, caer en
tremendos vacíos de analfabetismo más había que seguir estudiando, estudiaba
robotizada, no le encontraba sentido al porque estudiar más así lo marcaba mi
destino. Por experiencia propia sé lo que escribo y por pura convicción te
aliento a incentivar la identidad en niños
y niñas, imaginas lo poderoso que
será conocerse en la medida que se van educando. Al conocerse; ellos y ellas encontrarán el gusto por aprender, sabrán porque fallan, se
levantaran de cualquier tropiezo porque conocen el significado de voluntad, sabrán
distinguir sus gustos y disgustos, difícilmente caerán en tendencias de otros porque
poseen capacidad de elección, sabrán que quieren de la vida porque han venido
fincando una identidad anudada a una poderosa autoestima, sus talentos
gradualmente se irán fortaleciendo entonces estaremos hablando de una educación
integral porque ellos y ellas son propietarios de su identidad. Tanto
madres como padres juegan el papel más determinante en la educación de sus
hijos al enseñarles a conocerse, descubrirse, sentirse, poseer la capacidad de
familiarizarse con sus emociones sea ira, llanto, risa, tristeza, amor y hasta frustración
de eso se trata la identidad de aprender a conocerse. Un niño o una niña cuando
tienen bien identificadas tanto sus capacidades como sus debilidades saben por
ellos mismos avanzar en su educación y en todo aprendizaje que la vida les envié.
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