La primera y más importante opción
para atender el aspecto afectivo en niños
y niñas es la capacidad de
desarrollar una disciplina emocional al interior del hogar. Hablo de aplicar una
disciplina emocional como un compromiso consciente y constante para guiar el
estado emocional de tus hijos. Desde mi punto de vista no es lo mismo actuar
frente a un berrinche infantil por pura intuición, reacción o inhibirte a
actuar frente a un desajuste de ira infantil con inteligencia para sacar al niño o la niña de su crisis. Cuando encuentras
la forma del cómo ayudarles emocionalmente, encuentras el camino para
convertir tus reacciones en una disciplina lo cual te libera del actuar a la
ligera, por intuición, para evitar problemas e incluso porque lo mandas tú.
Aunque es bien sabido que las emociones en cualquier instante se tornan en
torbellinos también suelen ser apacibles océanos de felicidad y dicha pero lo real es que no siempre todo es calma dentro
del hogar por lo que todo padre o madre deberá estar preparado para actuar
inteligente y sabiamente ante cualquier desajuste emocional que presenten los
niños, deberá estar lo suficientemente alerta para activar su propia disciplina
emocional. Porque cuando se cuenta con una disciplina emocional sabes cómo
reaccionar ante una crisis, los niños aprenden nuevas formas de atender sus
emociones y por ende se familiarizan con sus emociones, no terminas siendo
manipulado por ellos o eres reactivo (a) para corregir el estado emocional de
tus hijos. Cuando se posee la suficiente inteligencia emocional uno se disciplina para atender tanto nuestro estado emocional como el de los niños no
se deja a los pequeños en el pozo de las
frustraciones, el fuego de la ira estrangulándolos, el miedo ocultándose en sus
corazones o el llanto reprimiéndolos porque así lo mando mama o papa. No me cabe duda que cuando uno se familiariza
con los distintos estados emocionales que poseemos uno los hace suyos, uno
aprende a vivir con ellos entonces; porque no enseñar a niños y niñas a
descubrirlos, sentirlos, aprender a lidiar con ellos y hasta apaciguarlos conocer de están hechas sus emociones. A continuación te propongo cuatro alternativas
para practicar tu disciplina emocional:
Causa; proponte
identificar la causa del tipo de emoción que está desajustando a tu hijo (a),
no reacciones de inmediato, deduzcas, des por hecho o malinterpretes la emoción
detente unos segundos.
Cuerpo; siente la
intensidad de la emoción que te afecta y afecta a tu hijo (a) echa una mirada
rapidísima al sentir del cuerpo en ambos.
Mente; pon un enorme STOP a tu mente para que no se desboque
en reacciones poco inteligentes dando al niño (a) indicaciones, sugerencias u órdenes.
Espíritu; respira
profundamente aclamando a tu espíritu para elegir la opción más inteligente al ayudar
a tu hijo (a).
Cuatro alternativas para ser
aplicadas en cuatro segundos, porque si eres capaz de reaccionar en un segundo
ante cualquier desajuste emocional sin saber que secuelas o beneficios dejaras en tus hijos porque no darte la oportunidad de ser inteligente esperando cuatro
segundos para elegir sabiamente tu reacción asegurándote de que la emoción que
los invade será atendida adecuadamente mas no abrasivamente. En la medida que
repliques tu compromiso de reaccionar después de cuatro segundos: identificando
la causa, sintiendo tu cuerpo, poniendo un STOP a tu mente e inhalando
espiritualmente te aseguro que reaccionaras inteligentemente siendo responsable
de tus emociones y las emociones de tu hijo (a). Eres responsable de diseñar tu
propia disciplina emocional porque solo tú sabes que sucede en la intimidad de
tu hogar y al replicarla una y otra vez aseguras una tremenda inteligencia
emocional en niños y niñas y por supuesto en ti.
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