La inteligencia no es algo adquirido, es inherente, es de nacimiento, es intrínseca a la vida misma. La vida no puede existir sin inteligencia; estar vivo y ser inteligente son sinónimos. No permitimos a los niños que sigan siendo inteligentes porque les coartamos su libertad, sus capacidades y hasta limitamos sus deseos. Lo primero es que, si son inteligentes, serán vulnerables, delicados, abiertos. Si son inteligentes serán capaces de ver las muchas falsedades que les rodea. La inteligencia es algo muy suave, como una rosa, tiene su propia fuerza una fuerza sutil. Observa a los niños pequeños y verás su inteligencia. Si les haces preguntas que dependen de la información, no te parecerán inteligentes pero hazles preguntas reales que no tengan nada que ver con la información, que necesiten una respuesta inmediata y verás que son más inteligentes que tú. Por supuesto que tu ego no te permitirá aceptarlo pero si consigues aceptar la respuesta te ayudará muchísimo. Te ayudará a ti y ayudará a los niños, porque si eres capaz de ver su inteligencia serás inteligente al criarlos.
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